Preocúpate por tú vida
Vivimos
en una sociedad en donde nuestro ojo esta puesto en lo que hace la otra gente.
Se nos hace muy fácil criticar los errores de los demás, juzgarlos y hasta
decretar juicios anticipados muchas veces.
Cuando
se tratar de juzgar somos “perfectos”, si vemos a alguien que hace algo malo,
rápidamente lo criticamos y decimos toda clase de palabras que ponen en juicio
su verdadera conversión; y es que nos preocupamos por lo que los demás hacen y
muy poco por lo que nosotros hacemos.
Muchas
veces rozamos la hipocresía al juzgar a alguien por su pecado o por su error,
cuando nosotros estamos practicando cosas semejantes, con la única diferencia
que nadie lo sabe o aun no hemos sido descubiertos.
Jesús
hablo de esa “preocupación” por la vida de los demás y ese “descuido” por la
vida propia, Él dijo lo siguiente: “»No
se conviertan en jueces de los demás, y así Dios no los juzgará a ustedes. Si
son muy duros para juzgar a otras personas, Dios será igualmente duro con
ustedes. Él los tratará como ustedes traten a los demás. »¿Por qué te fijas en
lo malo que hacen otros, y no te das cuenta de las muchas cosas malas que haces
tú? Es como si te fijaras que en el ojo del otro hay una basurita, y no te
dieras cuenta de que en tu ojo hay una rama. ¿Cómo te atreves a decirle a otro:
“Déjame sacarte la basurita que tienes en el ojo”, si en tu ojo tienes una
rama? ¡Hipócrita! Primero saca la rama que tienes en tu ojo, y así podrás ver
bien para sacar la basurita que está en el ojo del otro.” Mateo 7:1-5
(Traducción en lenguaje actual). Considero que esta versión no deja lugar a
dudas sobre lo que Jesús estaba tratando de explicar.
Antes
de preocuparnos por lo que los demás hacen o dejan de hacer, debemos de preocuparnos
por nuestra propia vida, ¿Cómo esta tu vida delante de Dios?, ¿Qué es lo que
estas practicando que te avergüenza?, ¿Qué es lo que nadie sabe que haces y si
lo supieran se caería tu imagen de “perfecto”?
Deja
de criticar al que comete errores o al que peca, en su lugar extiende una mano
de restauración, muéstrale el amor de Dios, cómo su misericordia esta dispuesta
a levantarlo nuevamente, recuérdale que Dios en lugar de excluir, incluye, que
la voluntad de Dios es que todos lleguemos al arrepentimiento, que aun hay
oportunidad de recibir el perdón y que no hay área de nuestra vida que nos
pueda vencer, que quizá muchas veces tropezaremos, pero Dios nos levantara y
nos hará más fuertes después de cada tropiezo.
Es
hora de ver a los demás como a nosotros mismos, Jesús lo dijo: “Y el segundo mandamiento en importancia
es: “Cada uno debe amar a su prójimo, como se ama a sí mismo.” Ningún otro
mandamiento es más importante que estos dos.” Marcos 12:31 (Traducción en
lenguaje actual). Si cada uno de nosotros entendiéramos perfectamente lo
que nuestro Señor Jesús quería transmitirnos a través de estás palabras, lejos
de criticar y menospreciar, lejos de juzgar y excluir, lo que haríamos seria
amar, restaurar, levantar, animar a aquellos que a lo mejor no son tan fuertes
como nosotros “creemos que lo somos”.
Hoy
quiero invitarte a dejar de preocuparte por lo errores que los otros hacen,
deja de estar pendiente para criticar o juzgar, en su lugar si realmente te
quieres preocupar por otros que sea para bien no para mal, que de tu boca no
salgan palabras de menosprecio o de juicios anticipados, porque nosotros nunca
sabemos porqué esa persona llego a ese punto, lejos de criticar o juzgar,
debemos amar, ser misericordiosos y mostrar el camino correcto en Cristo Jesús.
Preocupémonos
por nuestra vida, por como estamos delante de Dios, no estemos pendientes de lo
que los demás hacen, en su lugar estemos muy pendientes de lo que nosotros
estemos haciendo y si hay muchas cosas que sabemos que no tenemos que hacer, es
momento de tomar valor y comenzar a ordenar nuestra vida, tal y como Dios lo
quiere.
Velemos
porque nuestra vida sea agradable delante de los ojos de Dios, esforcémonos
cada día por ser mejores, si tropezamos la mano del Señor siempre estará
extendida para levantarnos, dejemos que nos levante, que nos restaure, pero
sobre todo aprendamos de nuestros errores para ser mejores cada día,
preocupémonos por agradar al que agrado merece, esto es a nuestro Dios y Salvador.
¡Preocúpate
por tú vida!
Autor: Enrique
Monterroza
Escrito el 18 de
diciembre de 2012
Escrito originalmente
para www.destellodesugloria.org
Autorizado para
publicarse simultáneamente en: www.devocionaldiario.com - www.enriquemonterroza.com y http://reflexionesydevocionales.blogspot.com
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