Imitar lo bueno
Nos
es tan fácil imitar lo malo, pero tan difícil imitar lo bueno, y es que por
naturaleza somos inclinados al mal, pero por deseo de nuestro espíritu debemos
tratar de imitar el bien. Por alguna razón somos muy rápidos para adquirir
malos hábitos, pero muy lentos para inculcarnos buenos hábitos.
La
pregunta es: ¿Qué es lo que estoy imitando?, ¿De que forma estoy siendo
influenciado por imitar lo bueno?, ¿Será que realmente dentro de mi corazón hay
un deseo por imitar lo bueno?
Pablo
le escribía a los Corintios: “Sed
imitadores de mí, así como yo de Cristo.” 1 Corintios 11:1 (Reina-Valera
1960).
Y es
que la verdad muchas veces nuestra vida no está imitando a Cristo, muchas veces
nuestra vida no es el reflejo de que Cristo vive en nosotros, muchas veces no
estamos viviendo como hijos de Dios, pues nuestra forma de ser, de comportarnos
y de actuar es muy distinta a la que Dios quiere de nosotros.
Considero
que cada día aprendemos algo bueno y si somos humildes y sinceros podemos
concluir que cada día necesitamos aprender más del Señor, necesitamos imitarlo
más, necesitamos hablar como hijos de Dios, comportarnos como hijos de Dios,
reaccionar como hijos de Dios.
¿Cómo
estamos reaccionando ante un mundo indiferente a Dios?, ¿Cuál esta siendo
nuestra forma de vivir en ese mundo?, ¿Qué palabras salen de mi boca?, ¿Qué pensamientos
hay en mi mente?, ¿Cuál es la forma en la que reacciono frente al mundo?
Debemos
traer a la memoria cada día que nuestra tarea es imitar a Cristo, que nuestra
forma de comportarnos y vivir tiene que ser justa y piadosamente. Que nuestro propósito
cada día sea parecernos más a nuestro Señor y Salvador.
Imitemos
lo bueno, desechemos lo malo, imitemos lo justo, desechemos lo injusto,
imitemos lo humilde, dejemos la soberbia, imitemos lo espiritual y hagamos a un
lado lo carnal.
Hoy
es un buen día para recapacitar en mi forma de actuar y conducirme por la vida,
hoy es un día en donde debemos traer a nuestra memoria una pregunta y ser
sincero y humildes para contestarla. La pregunta es: ¿A quien estoy imitando?, ¿A Cristo Jesús?, sino es así entonces
reflexionemos muy bien sobre nuestro andar.
¡Seamos
imitadores del Señor!
“Y se nos instruye a que nos apartemos de la vida mundana y de los
placeres pecaminosos. En este mundo maligno, debemos vivir con sabiduría,
justicia y devoción a Dios”
Tito 2:12 (Nueva Traducción Viviente)
Autor: Enrique
Monterroza
Escrito el 4 de marzo
de 2013
Escrito originalmente
para www.destellodesugloria.org
Autorizado para
publicarse simultáneamente en: www.devocionaldiario.com
- www.enriquemonterroza.com y http://reflexionesydevocionales.blogspot.com
0 Comentarios
Gracias por dedicar un momento de tu tiempo para Comentar este tema, creeme que tu aporte será de mucha Bendición.
EmojiTrata la manera de no desviarte del tema a la hora de comentar. Nos reservamos el derecho a publicar tu comentario.