Misericordia
Cuando
pienso en lo mal que actuó muchas veces, en lo mal que reacciono o lo
desobediente que soy en ocasiones a la voz de Dios solo puedo darme cuenta de
la paciencia inmerecida que Dios tiene hacia mi vida.
Si
Dios tuviera la paciencia que muchos de nosotros tenemos creo que ya no
estaríamos en esta tierra y yo no estaría escribiendo estas líneas.
Una
de las cosas que me enamora de Dios es su misericordia. La Biblia dice: “Sin embargo, él tuvo misericordia y
perdonó sus pecados, y no los destruyó a todos. Muchas veces contuvo su enojo y
no desató su furia.” Salmos 78:38 (Nueva Traducción Viviente). Este
versículo ejemplifica exactamente lo que hace la misericordia de Dios, que no
nos da lo que merecemos sino que tiene compasión de nosotros.
Jeremías
escribía: “¡el fiel amor del Señor nunca
se acaba! Sus misericordias jamás terminan. Grande es su fidelidad; sus
misericordias son nuevas cada mañana” Lamentaciones 3:22-23 (Nueva Traducción
Viviente). Leer este pasaje me hace emocionarme, ya que saber cuan grande
es su amor y fidelidad me hace sentir especial, me hace sentir amado, pero
sobre todo me hace sentir comprendido.
Y es
que la misericordia hace comprender que no somos tan buenos como pensamos, que
no somos tan perfectos como creemos. Considero que todos los que vivimos en
este planeta tenemos errores, áreas de nuestra vida de las cuales no nos
enorgullecemos, sin embargo Dios no nos juzga por eso, no nos trata mal, sino
que con su tierno amor nos trae a la reflexión para que por medio de Él
transformemos nuestra vida.
Considero
que nuestro deber antes TANTA misericordia es tratar de vivir una vida
agradable a Él, es intentarlo cada día y si fallamos, no cansarnos de
intentarlo.
Si
bien es cierto Dios es grande en misericordia, considero que debemos ser
agradecidos por ello y parte de ese agradecimiento tendría que ser vivir de una
mejor forma, tratando de agradar a Dios en lo que hago, en lo que pienso, en lo
que hablo.
Tal
vez los últimos días te has sentido muy mal porque consideras que lo que has
estado haciendo no tiene perdón de Dios. Quizá te sientas mal contigo mismo
porque a pesar que tratas de no hacer eso que te avergüenza terminas
haciéndolo, sin embargo Dios no esta allí para juzgarte, y si bien pudiera
hacerlo, simplemente no lo hace, al contrario, trata de comprenderte, de
amarte, de hacerte reflexionar y con amor enseñarte tu error para que de tu
mismo corazón y voluntad tengas el deseo de cambiar aquello que pensaste en un
inicio que no podrías.
Cuando
Dios te ve, te ve con ojos de amor y por consiguiente con ojos de misericordia.
A Dios nada le costaría hacer que fuego descienda y nos consuma, sin embargo,
en Él prevalece la misericordia, esa que muchos olvidamos cuando juzgamos a
nuestros hermanos, pero que Dios nunca la olvida y siempre la pone en práctica.
Dios
nos muestra día tras día que creen en nosotros y en lo que podemos llegar a ser
en Él, por eso renueva cada mañana su misericordia sobre nuestras vidas, para
que entendamos que su amor no tiene limites y que si disponemos nuestro corazón
Él puede transformar nuestras vidas.
¡La
misericordia de Dios es GRANDE, por eso vale la pena cada día tratar de vivir
para Dios!
Autor: Enrique
Monterroza
Escrito el 5 de marzo
de 2013
Escrito originalmente
para www.destellodesugloria.org
Autorizado para
publicarse simultáneamente en: www.devocionaldiario.com
- www.enriquemonterroza.com y http://reflexionesydevocionales.blogspot.com
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