Orgullo vs Humildad

Orgullo vs Humildad

Ocurre que muchas veces pensamos estar bien cuando la realidad es que estamos mal, a veces vamos por la vida con actitudes que no son las que Dios quiere de nosotros pero al ser preguntados sobre que nos pasa o que nos ocurre decimos con completa libertad que no nos pasa nada, que estamos bien como siempre, cuando la realidad es que las actitudes son las que realmente reflejan lo que en nuestro corazón hay.

Hay personas que por el hecho de ser cristianos desde hace muchos años creen que todo sigue igual que al principio, pero la mayoría de gente comete el enorme error de acomodarse en la vida cristiana y a convertir lo que tendría que ser un estilo de vida en una costumbre religiosa. Y es que a veces somos más religiosos que practicantes.

Si alguien te pregunta, rápidamente contestas que eres cristiano, pero ser cristiano no es solo decir que lo somos es actuar como tal, es vivir como tal, es pensar como tal, pero la mayoría de nosotros lo somos de nombre no de acciones.

A veces es necesario parar un momento, sentarnos a meditar y a reflexionar sobre cómo estamos viviendo nuestra vida, sobre cómo estamos reflejando el carácter cristiano que Dios quiere que reflejemos.

Posiblemente los últimos días has notado cómo tu carácter ha cambiado, cómo la tolerancia y paciencia de a poco se va acabando en tu vida, cómo hay cosas que antes no te molestaban y ahora si te molestan, cómo cosas insignificantes se vuelven una enorme incomodidad para ti.

Posiblemente has dejado de reflejar el carácter cristiano, has gritado más de la cuenta, te has enojado sin razón, has discutido sabiendo que tú eras el del error, has peleado con gente a la que dices amar, has dicho palabras que hirieron más que un golpe físico, y a pesar de todo ello no quieres reconocer que estás mal, que no eres el mismo, que tu espiritualidad ha menguado.

La Biblia dice: “Unánimes entre vosotros; no altivos, sino asociándoos con los humildes. No seáis sabios en vuestra propia opinión.” Romanos 12:16 (Reina-Valera 1960).

El mayor obstáculo para poder regresar al camino correcto es la arrogancia o la falta de humildad, el hecho de no reconocer nuestros error y creernos sabios en nuestra propia opinión a pesar de saber conscientemente que no estamos en lo correcto. En los proverbios podemos encontrar muchos consejos en contra de creernos sabios, uno de ellos dice: “No te creas muy sabio; obedece a Dios y aléjate del mal; así te mantendrás sano y fuerte.” Proverbios 3:7-8 (Traducción en lenguaje actual).

Es hora de dejar a un lado el orgullo, es hora de abrir nuestros ojos de humildad y darnos cuenta que muchas veces simplemente estamos caminando por el sendero equivocado de la arrogancia y orgullo, senderos que nos llevaran al fracaso, por su parte Dios nos señala el sendero de la humildad y sensatez para que volvamos al camino correcto.

Hoy te invito a dejar pensar que estás bien cuando todo dice que estás mal, la gente te lo dice, tu familia te lo dice, tus hermanos espirituales te lo ha hecho saber, ¿Qué más esperas?, ¿Qué Dios con voz de trueno te lo diga?, no tendría que hacer falta esperar a que Dios audiblemente te lo diga como para regresar al camino correcto, un hombre de Dios debe ser humilde y reconocer sus errores para poder volver al camino del cual nunca debió de desviarse.

Dios te ama de una manera especial, por eso espera de ti humildad, esa humildad que te llevará a la victoria y no ese orgullo que te esta impulsando a la derrota.

Ser humilde es ir por el sendero de la victoria, pero ser orgulloso es ir directo a la derrota.

¡Tú decides!

“Pero él da mayor gracia. Por esto dice: Dios resiste a los soberbios, y da gracia a los humildes.”
Santiago 4:6 (Reina-Valera 1960)

Autor: Enrique Monterroza
Escrito el 9 de Diciembre de 2013
Escrito originalmente para www.destellodesugloria.org

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