Malaquías 2: 10
“¿No tenemos todos un mismo padre? ¿No nos ha creado un mismo Dios? ¿Por qué, pues, nos portamos deslealmente el uno contra el otro, profanando el pacto de nuestros padres?”
Quizá una de las cosas que me impacto cuando entregue mi vida al Señor fue que en la congregación en donde aun me encuentro había una hermandad única, había un compañerismo excelente y un apoyo mutuo indescriptible. Me imagino que eso fue una de las cosas que me ayudo a poder llevar una excelente relación personal con el Señor y como resultado he podido servir en muchos ministerios, tratándolo de hacer lo mejor que he podido.
Pero lastimosamente al hacer una comparación de hace once años para acá, he podido ver como esa hermandad se ha deteriorado y como el compañerismo se ha ido opacando, el apoyo entre hermanos ahora en mínimo comparado a años anteriores. No soy de los que le gusta comparar, pero a veces es necesario para darnos cuenta lo mal que estamos actuando.
En el versículo anterior hay una reflexión muy fuerte en cuanto a la hermandad que tendría que haber entre nosotros. Pero ¿Realmente estamos siendo leales los unos con los otros?, o ¿Estaremos haciendo excepción de personas?
Una de las cosas que no soporto en el cristianismo es la excepción de personas, no soy de la partida de que a hermanos de mejor nivel social o económico se le trate mejor que a alguien humilde y de bajos recursos, eso para mi es una injusticia.
Ahora bien, ¿Por qué nos portamos desleales con nuestro hermano?, ¿Por qué estamos profanando la palabra de Dios?, ¿No dijo Jesús que nos amaramos a nuestro prójimo como a nosotros mismos?, ¿Por qué no lo podemos hacer?
La respuesta de estas interrogantes es sencilla: Si tu no puedes ser leal a tu hermano y amarlo como a ti mismo, es porque no te has dado cuenta quien es tu Padre, porque si mi Dios es tu Padre tendrías que amarme como a tu hermano, ¿Pero nos estaremos amando como hermanos?, a Dios nadie lo puede engañar, El sabe muy bien si nuestro amor por nuestro hermano es genuino o interesado o en el peor de los casos un amor hipócrita.
Es momento de reflexionar y entender que si Dios es tu Padre, entonces yo y muchos mas somos tus hermanos. ¿Qué esperas para tratarme como tal?, ¿Qué estas esperando para comenzar a ser leal a tu hermano a pesar de que el no lo quiera hacer contigo?
Amar al que me ama, es muy fácil, amar a que me es leal, lo es mas, pero ¿Amar al que me aborrece?, ¿Al que habla en mal de mi?, ¿Al que me fallo?
Pero lastimosamente al hacer una comparación de hace once años para acá, he podido ver como esa hermandad se ha deteriorado y como el compañerismo se ha ido opacando, el apoyo entre hermanos ahora en mínimo comparado a años anteriores. No soy de los que le gusta comparar, pero a veces es necesario para darnos cuenta lo mal que estamos actuando.
En el versículo anterior hay una reflexión muy fuerte en cuanto a la hermandad que tendría que haber entre nosotros. Pero ¿Realmente estamos siendo leales los unos con los otros?, o ¿Estaremos haciendo excepción de personas?
Una de las cosas que no soporto en el cristianismo es la excepción de personas, no soy de la partida de que a hermanos de mejor nivel social o económico se le trate mejor que a alguien humilde y de bajos recursos, eso para mi es una injusticia.
Ahora bien, ¿Por qué nos portamos desleales con nuestro hermano?, ¿Por qué estamos profanando la palabra de Dios?, ¿No dijo Jesús que nos amaramos a nuestro prójimo como a nosotros mismos?, ¿Por qué no lo podemos hacer?
La respuesta de estas interrogantes es sencilla: Si tu no puedes ser leal a tu hermano y amarlo como a ti mismo, es porque no te has dado cuenta quien es tu Padre, porque si mi Dios es tu Padre tendrías que amarme como a tu hermano, ¿Pero nos estaremos amando como hermanos?, a Dios nadie lo puede engañar, El sabe muy bien si nuestro amor por nuestro hermano es genuino o interesado o en el peor de los casos un amor hipócrita.
Es momento de reflexionar y entender que si Dios es tu Padre, entonces yo y muchos mas somos tus hermanos. ¿Qué esperas para tratarme como tal?, ¿Qué estas esperando para comenzar a ser leal a tu hermano a pesar de que el no lo quiera hacer contigo?
Amar al que me ama, es muy fácil, amar a que me es leal, lo es mas, pero ¿Amar al que me aborrece?, ¿Al que habla en mal de mi?, ¿Al que me fallo?
Es hora de comenzar a demostrar la hermandad y la lealtad que Dios quiere que tengamos los unos con los otros. ¿Estas preparado?
Autor: Enrique Monterroza
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