Edificando un altar a Jehová

Que nuestra vida sea un altar puro delante de Jehova

Génesis 12: 7-8

“Y apareció Jehová a Abram, y le dijo: A tu descendencia daré esta tierra. Y edificó allí un altar a Jehová, quien le había aparecido.
Luego se pasó de allí a un monte al oriente de Bet-el, y plantó su tienda, teniendo a Bet-el al occidente y Hai al oriente; y edificó allí altar a Jehová, e invocó el nombre de Jehová”.

Abraham era un ejemplo perfecto de una vida de devocional, no por nada Dios tenía tanta confianza con el que lo consideraba su amigo. Muchos de nosotros anhelamos que Dios nos considere su amigo, pero Abraham se había ganado la amistad de Dios, puesto que vemos durante toda su historia que siempre “Edificaba altar a Jehová”.

¿Cuántos altares a Jehová edificamos nosotros?, no hablo de poner un mesa con un florero y una candela, hablo de edificar una vida de comunión con El. Abraham era un hombre que conocía los gustos de Dios y por eso trataba la manera de agradarlo en todo lo que podía y una muy buena forma de hacerlo era edificando altares a Jehová.

Al edificar altar a Jehová Abraham confirmaba su vida de devocional que llevaba, era un hombre que sobre todo confiaba en la Soberanía de Dios y a donde fuera siempre se acordaba de edificar un altar a Jehová, una muestra del testimonio de su fe.

¿Será que nosotros también damos testimonio de nuestra fe por donde vamos?, es triste pero cierto, que muchos “cristianos” no testifican de su fe, les da vergüenza que sepan que son cristianos evangélicos. Pero Dios nos manda a ser luz en medio de las tinieblas, a no avergonzarnos de Poder de Salvación de Dios.

Es hora que como verdaderos cristianos demos testimonio de nuestra fe, es hora de edificar altares en todo lugar donde vayamos, que la gente vea en nosotros que tenemos una verdadera relación personal con Cristo y por ende nuestra vida demuestra esta cercanía que tenemos con El.

Si quieres ser llamado amigo por Dios, entonces comencemos a adorarlo con nuestra forma de vida, muchos de nosotros nos gusta cantarle al Señor en nuestras congregaciones, pero la verdadera alabanza y la verdadera adoración se encuentra en vivir para Dios, puesto que con esto tu estas dándole mas gloria y honra que con sencillas palabras, Dios quiere adoradores en espíritu y en verdad.

Amigo mío, si hasta acá te has olvidad de mantener un habito diario de devocional al Señor, es hora que reaccionemos y que nos demos cuenta que la victoria del hijo de Dios esta en edificar en nuestra vida un altar a Jehová.

Que nuestra vida sea una muestra del arrepentimiento genuino que tuvimos delante de Dios y que comience a dar frutos que no necesiten hablar para mostrarse como tales.

Autor: Enrique Monterroza