Miedo al
fracaso
Muchos de nosotros en más de
alguna ocasión hemos tenido miedo al fracaso. Es ese sentimiento de
disconformidad que existe en dentro de nuestro ser, que nos hace temer al
resultado negativo de lo que queremos o estamos emprendiendo.
En muchas otras ocasiones quizá
hemos tenido miedo de lo que pasara en nuestra vida, quizá porque hemos estado
orando por algo en especial y aun no hemos visto una respuesta a lo que desde
hace mucho tiempo esperamos.
El miedo no es algo nuevo, fue de
las primeras emociones o sentimientos que se reflejaron en la vida del hombre.
Cuando Adán y Eva desobedecieron a Dios se escondieron de su presencia, y
cuando Dios le pregunto dónde estaba, Adán respondió: “El hombre contestó: —Te oí caminando por el huerto, así que me
escondí. Tuve miedo porque estaba desnudo.” Génesis 3:10 (Nueva
Traducción Viviente).
El miedo es hasta cierto punto
normal, miedo a malos resultados, miedo a no recibir lo que esperamos, miedo a
morir a pesar que sabemos que si morimos somos del Señor y tenemos una vida
eterna esperándonos, sin embargo por algún razón tenemos la facilidad de sentir
miedo a diferentes situaciones de la vida.
Algunos de los discípulos eran
pescadores experimentados, sin embargo por alguna razón comenzaron a tener
miedo de morir. Curiosamente Jesús quien iba en esa misma barca iba dormido: “Jesús estaba dormido en la parte posterior
de la barca, con la cabeza recostada en una almohada. Los discípulos lo
despertaron: «¡Maestro! ¿No te importa que nos ahoguemos?», gritaron”. Marcos 4:38 (Nueva Traducción Viviente).
Los gritos de los discípulos
además de reflejar miedo, reflejaban la falta de seguridad en cuando al cuidado
de Jesús sobre los suyos. Y es que a veces parecerá que Jesús está dormido y
nosotros estamos pelean contra las olas y el fuerte viento, quizá en esos
momentos lo que más quisiéramos es que Él se dé cuenta de nuestra ardua lucha,
se levante y haga algo, sin embargo en algunas ocasiones simplemente esperara,
¿Por qué?, pues no lo sé, pero lo que sí sé es que a Él no se le escapa ningún
detalle. Por muy fuerte que parezca la tormenta y por mucho que creamos que
moriremos en ella, Jesús “despierta” siempre a tiempo: “Cuando Jesús se despertó, reprendió al viento y dijo a las olas:
«¡Silencio! ¡Cálmense!». De repente, el viento se detuvo y hubo una gran calma”
Marcos 4:39 (Nueva Traducción Viviente).
Jesús hizo un acto sobrenatural,
era un milagro extraordinario, los discípulos estaban presenciando algo único y
especial, Jesús estaba calmando todo aquello que hasta hace pocos segundos era
una enorme amenaza para la vida de los tripulantes de esa barca y es que si
Jesús esta en tu barca, ten la seguridad que NO TE HUNDIRÁS.
Jesús luego de hacer ese
maravilloso milagro les dice: “Luego él
les preguntó: «¿Por qué tienen miedo? ¿Todavía no tienen fe?»” Marcos 4:40 (Nueva Traducción Viviente).
A través de estas palabras de
Jesús yo entiendo y aprendo una cosa:
La FE es el antídoto para el miedo.
Quizá estés a punto de emprender
un nuevo proyecto en tu vida, quizá ahora comenzaras a hacer lo que siempre
quisiste hacer, pero al mismo tiempo tienes una sensación de miedo al fracaso,
miedo a lo que va a pasar, miedo a los resultados que obtendrás, sin embargo,
no importa lo que emprendas, cuando Jesús va en tu barca, entonces NO HAY QUE TEMER, solo mucho que
confiar.
Quizá te encuentres en medio de
una de las tormentas más difíciles de tu vida y Jesús pareciera que está
dormido, sin embargo, aun dormido, sigue estando allí en la barca y esa es la
única garantía que necesitas para saber que te irá bien.
En la vida nos enfrentaremos a
muchos episodios que nos infundirán miedo, temor y toda clase de sentimientos
que nos querrán hacer fracasar, sin embargo con Jesús en nuestra barca no hay
nada que temer, solo mucho que confiar, pues la fe es el antídoto exacto para
el miedo o el temor.
Aunque muchas veces pienses que
te cuesta creer o confiar en lo que Dios va a hacer, no lo hagas en base a
circunstancias que estás viviendo o al panorama que estás viendo, sino en base
a su PALABRA que es IRRUFATABLE, Dios es quien te cuida,
quien te guarda y quien no te dejara que te hundas, porque si Él va en tu
barca, entonces NO IMPORTA LA TORMENTA.
¿Miedo al Fracaso? ¡No!
¿Fe en lo que Dios hará? ¡Sí!
Autor: Enrique Monterroza
Escrito el 25 de Junio de 2012
Escrito originalmente para www.destellodesugloria.org
Autorizado para
publicarse simultáneamente en: www.devocionaldiario.com – www.enriquemonterroza.com y http://reflexionesydevocionales.blogspot.com
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