Lucha Diaria
Todos
los que hemos recibido el amor de Dios en nuestra vida y que ahora vivimos para
Él debemos estar conscientes que nos encontramos en una lucha diaria.
Todos
los días libramos una batalla en nuestra vida, entre querer agradar a Dios y querer
satisfacer nuestros instintos pecaminosos sean estos de cualquier tipo.
Aquel
que no sea consciente de esto o que no le ponga el debido cuidado que se
merece, se encontrara fácilmente con tentaciones de todo tipo que poco a poco
lo querrán arrastrar hacia el error.
La
Biblia dice: “¡Estén alerta! Cuídense de
su gran enemigo, el diablo, porque anda al acecho como un león rugiente,
buscando a quién devorar.” 1 Pedro 5:8 (Nueva Traducción Viviente).
No
importa lo fuerte que creas que eres, ni la enorme capacidad que creas tener
para poder resistir al enemigo, no se trata de ti, ni de lo bueno que seas para
esto o aquello, se trata de que al igual que todos los humanos eres de carne y
hueso y con una naturaleza que te lleva fácilmente a pecar. Por esa razón el
Apóstol Pedro nos recomienda: “¡Estén alerta!”, eso nos debería llevar a pensar
que en cualquier momento el enemigo puede lanzar sobre nuestra vida uno de sus
ataques para hacernos caer.
No se trata de creerse muy fuerte ante el pecado y por esa
razón andar en busca de el, en la Biblia leemos que Dios nos motiva a huir del
pecado, a alejarnos de el y no a buscarlo: “No
te dejes llevar por las tentaciones propias de tu edad. Tú eres joven, así que
aléjate de esas cosas y dedícate a hacer el bien. Busca la justicia, el amor y
la paz, y únete a los que, con toda sinceridad, adoran a Dios y confían en él.”
2 Timoteo 2:22 (Traducción en lenguaje actual).
Quizá los últimos días has andado detrás del pecado, te has creído
lo suficientemente fuerte y has estado en lugares que tu muy bien sabes que no
deberías estar.
Quizá has estado jugando poco a poco con fuego sin quemarte
y eso te ha hecho creer que el pecado no puede en contra de ti, sin embargo sin
que te des cuenta poco a poco estas siendo arrastrado al campo de batalla del
enemigo en donde te querrá rodear y cuando lance su ataque final te querrá
herir de muerte.
No
permitas que el enemigo te engañe haciéndote creer muy fuerte, tú al igual que
yo somos vulnerables, tenemos una tendencia a pecar y por muy fuertes que
creamos que somos, podemos caer en cualquier momento. Por esa razón la Biblia
nos aconseja: “Así que humíllense
delante de Dios. Resistan al diablo, y él huirá de ustedes.” Santiago
4:7 (Nueva Traducción Viviente). Humillarse delante de Dios tiene que
ver con reconocer nuestra debilidad al pecado y nuestra dependencia total de
Dios.
¿Quieres
realmente ser fuerte ante el pecado?, entonces humillemos delante de Dios,
obedezcamos su Palabra y si su palabra nos motiva a huir de todo aquello que
nos incita a pecar, entonces? ¡Hagámoslo!, humillarse delante de Dios tiene que
ver con buscar cada día agradarlo a Él, reconocer nuestra necesidad de Él y
reconocer que sin Él nada somos, que todas nuestras capacidades provienen de Él
y por lo tanto le debemos todo.
No
juegues con fuego, no creas que siempre tendrás la capacidad de parar en el
momento indicado, ¿Qué tal si un día esa capacidad de la que tanto te jactas te
falla?, no permitas que el enemigo te saque ventaja, al contrario, sácale
ventaja tú, buscando a Dios y huyendo alejándote de todo aquello que te quiera
llevar a pecar.
¡Dios busca
gente determinada a huir del pecado y acercarse a Él!
Autor: Enrique Monterroza
Escrito el 2 de Julio de 2012
Escrito originalmente para www.destellodesugloria.org
Autorizado para publicarse simultáneamente en
www.devocionaldiario.com - www.enriquemonterroza.com y http://reflexionesydevocionales.blogspot.com
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