Acostumbrados
a las victorias
Vivimos en una cultura en donde
por todos los medios nos inculcan la victoria, ganar, ser el mejor, triunfar
siempre, etc. Y hasta cierto punto no está mal que tengamos una mentalidad
ganadora y ganas de triunfar, pero lo malo esta en acostumbrarnos a las
victorias y no aprender a aceptar la derrota.
Y no hablo de acostumbrarnos a la
derrota, ni mucho menos de ser conformistas, sino de ser lo suficientemente
maduros para aceptar cuando hemos perdido y tratar de sacar algo bueno de las
derrotas para que en el futuro podamos evitarlas.
Mi hijo Uziel ahora tiene tres
años y medio, desde pequeño es un ganador, es muy competitivo en todo y casi siempre
gana, pero tengo un problema con él cuando pierde y es que llora o se enoja.
Seguramente tendré que repetirle
esa frase muchas veces durante su vida, pero mientras se lo decía Dios ministro
mi vida y me hizo ver que a veces nosotros actuamos de igual manera frente a
las derrotas de la vida.
En la vida obtendremos dos cosas:
fracasos y victorias, y en cada una de ellas se tiene que aprender a
aceptarlas, tanto tenemos que aprender a ganar, como también tenemos que
aprender a perder.
El problema de la mayoría de
nosotros y me incluyo, es que estamos acostumbrados a las victorias, creemos
que por ser hijos de Dios y servirle, nuestra vida tiene que ser solo victorias
y victorias, pero ¿Qué pasa cuando nos
enfrentamos a una derrota?, ¿Qué actitud tomamos?, ¿Cuál es nuestra reacción?
Conozco muchas personas que
estaban acostumbradas a las victorias y cuando se enfrentaron a una derrota
optaron por alejarse de Dios, poniendo como excusa el hecho de que Dios no había
hecho nada para evitar que ellos pasaran por esas malas experiencias.
No podemos ir por la vida
aceptando y alegrándonos en cada victoria y enojándonos con Dios por nuestras
derrotas, debemos aprender a asimilar tanto las victorias como las derrotas.
Las derrotas nos sirven para
moldearnos, son esas etapas de la vida que quisiéramos obviar, pero que son
necesarias experimentar, porque es en esas etapas en donde conocemos más de
cerca al Dios que nos provee, al Dios que nos sana, al Dios que nos da sabiduría,
al Dios que nos protege, al Dios que nos tiene misericordia; sin experimentar
derrotas, seriamos seres demasiados orgullosos y altivos, si no nos tacara
probar el polvo al caer, no podríamos darnos cuenta de lo valioso que son las
victorias que Dios nos regala.
Yo he conocido más a Dios a través
de mis derrotas, porque a través de ellas Dios se ha manifestado cada vez en mi
vida extendiendo su mano para sacarme de esos pozos de desesperación.
Y es que pareciera que cuando
sufrimos una derrota nuestro ser se sensibiliza y nos es más posible
encontrarnos con Dios, porque estamos necesitamos de Él, porque anhelamos que
Él nos hable, porque simplemente es nuestro Refugio.
Amados, tenemos que aprender a
asimilar tanto las victorias, como también las derrotas, no te desanimes si
actualmente estas experimentando una derrota, al contrario, toma algo bueno de
todo ello y guárdalo en tu corazón, para que la próxima vez puedas evitar caer
en el mismo bache.
Aprendamos a que no todo en la
vida cristiana será color de rosas, no siempre obtendremos los resultamos que
queremos, a veces nos tocara enfrentar situaciones muy difíciles y probar unas
cuantas derrotas en diferentes áreas de la vida. Pero más allá de todo ello hay
algo que nos tiene que mantener firmes y luchando y es el hecho que el futuro
que tenemos es esperanzador y mas allá de todo aquello que en esta vida quiera
desanimarnos, hay una eternidad esperando por nosotros, en donde estaremos por
siempre con nuestro Rey de reyes y Señor de señores.
No nos vamos a acostumbrar a las
victorias, porque es posible que pronto suframos una derrota, pero tampoco nos
vamos a acostumbrar a las derrotas, porque estoy seguro que Dios nos sacara adelante
de todas ellas, si no que nos tenemos que acostumbrar a que en la vida
cristiana tenemos de nuestros lado a Dios Todopoderoso, quien sabe actuar en el
momento preciso, de la forma exacta y con un propósito perfecto.
¡Tú vida y mi vida están seguras en Él!
“Por eso no nos desanimamos. Aunque nuestro cuerpo se va gastando,
nuestro espíritu va cobrando más fuerza. Las dificultades que tenemos son
pequeñas, y no van a durar siempre. Pero, gracias a ellas, Dios nos llenará de
la gloria que dura para siempre: una gloria grande y maravillosa. Porque
nosotros no nos preocupamos por lo que nos pasa en esta vida, que pronto
acabará. Al contrario, nos preocupamos por lo que nos pasará en la vida que
tendremos en el cielo. Ahora no sabemos cómo será esa vida. Lo que sí sabemos
es que será eterna”.
2 Corintios 4:16-18 (Traducción en lenguaje actual)
Autor: Enrique Monterroza
Escrito el 3 de Enero de 2012
Escrito originalmente para: www.destellodesugloria.org
Autorizado para publicarse en: www.devocionaldiario.com
– www.enriquemonterroza.com y http://reflexionesydevocionales.blogspot.com
2 Comentarios
Yo pienso que las derrotas deben acercarnos más a
ResponderEliminarDios.Esa será la mejor victoria para seguir con
espíritu firme su palabra.Y con un amor como el que nos regala,aun siendo pecadores.No todo en la vida es color de rosas.Pero es verdad que Dios siempre nos sacará de esas derrotas que sé nos presente.
ES POR MEDIO DE LAS DERROTAS QUE NOS ACERCAMOS MAS A DIOS, PUES SABEMOS QUE EN EL SOLAMENTE ENCONTRAREMOS EL CONSUELO Y LA PAZ QUE TANTO NECESITAMOS EN ESE MOMENTO.Y A LA VEZ, EL NOS DARA LA FORTALEZA Y LA SEGURIDAD PARA SEGUIR HACIA ADELANTE Y NO TEMER A LOS OBSTACULOS QUE SE NOS PRESENTEN EN EL CAMINO.NO PODEMOS PERDER LA FE EN MOMENTOS DIFICILES, NI PENSAR QUE NO TENDREMOS LA VICTORIA EN LO QUE NOS HEMOS PROPUESTO SI DIOS ESTA EN EL ASUNTO, PUES EL NOS AYUDARA A LLEGAR A LA META.AUNQUE CON TROPIEZOS Y CAIDAS, NOS LEVANTAREMOS CONFIADOS Y TERMINAREMOS LA CARRERA.
ResponderEliminarGracias por dedicar un momento de tu tiempo para Comentar este tema, creeme que tu aporte será de mucha Bendición.
EmojiTrata la manera de no desviarte del tema a la hora de comentar. Nos reservamos el derecho a publicar tu comentario.