En la Sala de Espera
¡Ay!
Como duele esperar y también cuesta. Creo que la mayoría de nosotros no tenemos
la hermosa cualidad de esperar pacientemente, por lo general nos desesperamos
al no ver una respuesta rápida, nos frustramos y hasta nos enojamos.
Pero
¿Qué pasa cuando a Dios se le ocurre la idea de mantenernos en la Sala de
Espera?
Estar
en la Sala de Espera de Dios es difícil en el sentido que a ninguno de nosotros
nos gusta esperar tanto por algo que queremos recibir.
A
través de la Biblia noto personajes que Dios mismo los puso en la Sala de
Espera antes de cumplir su plan perfecto en sus vidas.
Moisés,
conocido ahora como el hombre más manso que ha existido, fue puesto por Dios en
la Sala de Espera 40 años en el desierto pastoreando ovejas antes de utilizarlo
como libertador de su pueblo.
David,
el hombre conforme al corazón de Dios, fue ungido como próximo rey de Israel,
elegido especialmente por Dios para ese puesto, sin embargo pasaron muchos años
para que David viera cumplida esa promesa, Dios lo puso en la Sala de Espera,
mientras tanto David se forjo como ese hombre, guerrero y salmista de Dios,
sufrió persecuciones, desprecios y muchos momentos de desiertos y anonimatos,
pero a pesar de todo ello, Dios cumplió su promesa.
Estos
tres hombre tienen algo en común, los tres estuvieron en la Sala de Espera de
Dios, pero al cumplirse los propósitos de Dios en sus vidas llegaron a ser
hombres usados por Dios de una manera maravillosa a tal punto que son parte de
la historia universal.
Lo
que quiero decir con esto es que cuando Dios te pone en la Sala de Espera no es
para fastidiarte, no es para desesperarte, ni para arruinarte la vida, cuando
Dios decide ponerte en la Sala de Espera es porque antes de cumplir su promesa
en tu vida quiere forjar tu carácter y tu fe, quiere que comprendas que
dependes de Él, quiere que comprendas que por muy buenas capacidades que
tengas, todo es en vano si no esta Él detrás de todo.
Quizá
mientras estamos en la Sala de Espera seremos enviados al desierto, en donde
nos enfrentaremos con la soledad y el calor asfixiante de ese lugar, sin
embargo allí en el desierto tendremos encuentros maravillosos con Dios, en
donde nos hablará al corazón. (“Pero he
aquí que yo la atraeré y la llevaré al desierto, y hablaré a su corazón.” Oseas
2:14 Reina Valera 1960)
Quizá
mientras estemos en la Sala de Espera de Dios pasaremos momentos de anonimato,
en donde nadie se fijara en nosotros, en donde seremos despreciados, en donde
nadie creerá en lo que somos capaces de hacer y en donde pareciera que las
puertas se cierran una tras otra, pero a pesar de ello Dios cumplirá su
propósito en nosotros, no por lo que veamos, sino por lo que Él ya prometido. (“Jehová cumplirá su propósito en mí; Tu
misericordia, oh Jehová, es para siempre; No desampares la obra de tus manos.” Salmos 138:8 Reina-Valera 1960)
Pueda que hoy en día te sientas que estas en
la Sala de Espera de Dios, en donde estas a punto de desesperarte, a punto de
tomar decisiones precipitadas, pero hoy quiero decirte una sola cosa:
No importando el
tiempo que pases en la Sala de Espera, no te desesperes, no tires por la borda
lo que tanto sacrificio te ha costado, mantente firme, no te desanimes por lo
que ves, que lo que pase a tu alrededor no te haga creer que Dios no responderá
o que no cumplirá, porque la respuesta de Dios no esta sujeta a las
circunstancias que te rodean o que se te presenten, sino a la PROMESA QUE ÉL UN
DÍA TE DIO.
Quizá estés en la Sala de Espera, pero eso
significa que tienes una respuesta asegurada, porque jamás esperarás en Dios
sin recibir una respuesta, aunque ésta llegue en el tiempo que llegue, Dios
responderá, Él cumplirá, porque no es hombre para mentir, ni hijo de hombre
para arrepentirse.
¡Dios responderá, no te
canses de esperar!
Autor: Enrique Monterroza
Escrito el 22 de Agosto de 2012
Escrito originalmente para www.destellodesugloria.org
Autorizado para publicarse simultáneamente en: www.devocionaldiario.com - www.enriquemonterroza.com y http://reflexionesydevocionales.blogspot.com
1 Comentarios
gracias por esta reflexiòn, es profunda, muchas veces, y es ciertisimo no queremos ni pasar por la sala de espera, pero hoy se que es necesario, porque een esa espera, en el desierto hacemso morir la carne,y se forja nuestro caracter cristiano, gracias por la reflexiòn, usted tiene un modo de edificar muy bonito y sobre todo sincero, como la persona que lo ha vivido y puede ahora consolar e edificar al hermano/a, Dios la bendiga a usted y familia.
ResponderEliminarGracias por dedicar un momento de tu tiempo para Comentar este tema, creeme que tu aporte será de mucha Bendición.
EmojiTrata la manera de no desviarte del tema a la hora de comentar. Nos reservamos el derecho a publicar tu comentario.