Confiar en Dios
A
veces pareciera que no hemos creído en el DIOS
TODOPODEROSO del cual la Biblia habla. Y digo esto porque nuestras
actitudes, nuestras reacciones frente a los problemas de la vida o las crisis
que enfrentamos reflejan la poca fe que en ocasiones le tenemos a Dios.
Tenemos
fe en tantas cosas y nos cuesta tanto tener fe en Dios. Por ejemplo, cuando
abres el grifo para lavarte las manos, lo abres confiando que saldrá agua y por
su puesto que sale agua. Si vas a tu refrigerador en busca de comida, lo abres
esperando encontrarla, si sales a tu empleo y tienes que tomar un autobús,
sales esperando que ese autobús pase a la misma hora de todos los días, si
entras a tu habitación y esta oscura, presionas un botón para encender la luz y
es obvio que esperas que la luz aparezca. Hay cosas tan sencillas en las que
demostramos fe, esa fe que no nos hace dudar, porque nadie duda que cuando se
abre el grifo de agua salga otra cosa, o cuando enciendes la luz de tu
habitación está no se encienda, y es que casi nunca dudamos de cosas que
hacemos diariamente porque tenemos la fe que funcionaran o nos darán los
resultados que esperamos, pero en lo espiritual se no hace difícil confiar en
que Dios nos ayudara o nos dará las respuestas que necesitamos.
Hoy
quiero hacer una pregunta y sé sincero al contestarla:
¿Realmente
confías en Dios?
Esta
bien, si confías en Dios entonces deja de preocuparte al extremo por cosas que
a veces ya no tienes el control de solucionar, porque ¿Qué ganas con
preocuparte al extremo?, solo empeoras tu salud y tu ánimo.
Si
realmente confías en Dios, debes de mantenerte firme, no te alejes de Él, debes
buscarlo e insistir en oración, pues tu misma confianza en Dios te hará querer
estar cerca de Él.
Hoy
quiero recordarte que TÚ DIOS Y MI DIOS
es PODEROSO que nunca ha perdido una batalla, que siempre ha tenido cuidado
de los suyos, que nunca te dejara porque así Él lo ha prometido, que te ama a
pesar de todo porque su amor para tu vida es ETERNO.
Hoy
quiero invitarte a confiar en ese Dios que te ama, en ese Dios que se preocupa
por ti y aunque muchas veces creas que se ha olvidado de ti, la verdad es que
en ningún momento lo ha hecho, al contrario, a pesar que no lo has notado Él ha
estado allí cuidándote, protegiéndote, alimentándote, y aunque tu poca fe no ha
sido capaz de percibirlo tienes que estar seguro que Él ha estado allí a tu
lado.
Confiar
realmente en Dios es descansar en Él, es dejarse de preocupar al extremo, es
dejar de pensar como solucionar esto o aquello y dejarlo en las manos de Dios,
es sonreír a pesar de todo, es buscarlo a pesar que me este yendo mal, es no
dejar de creer en lo que Él es capaz de hacer, es ver el futuro con esperanza,
sabiendo que al estar en sus manos estoy seguro.
Confiar
en Dios es creer en lo que no veo, es esperar a que las cosas se den y terminen
bien a pesar que van muy mal, es saber que las cosas no están acabadas y que
todavía hay una oportunidad.
Confiar
en Dios es decirle a mi mente que no creo en lo que me predica, sino en lo que
Dios ha dicho en su Palabra, es ver con mis ojos espirituales más allá de lo
que mis ojos carnales ven, es ver las cosas que no son, como que si fueran, es
ir en contra de la corriente, es seguir creyendo en lo que Dios va a hacer a
pesar que todos me dicen lo contrario.
Confiar
en Dios es tener la plena seguridad de que pase lo que pase estaré seguro,
porque Él es quien me cuida y me protege, por lo tanto independientemente de la
respuesta que reciba, mi vida estará segura en Él.
El
Apóstol Pablo escribió lo siguiente: “Por
lo cual asimismo padezco esto; pero no me avergüenzo, porque yo sé a quién
he creído, y estoy seguro que es poderoso para guardar mi depósito para
aquel día” 2 Timoteo 1:12 (Reina-Valera 1960).
Saber
en quien hemos creído no debe dar seguridad y confianza de que TODO estará bien, es ver más allá de lo
que nuestros ojos humanos ven, es confiar más allá de lo que nuestra mente
quiere hacernos pensar, es escuchar la voz divina que nos susurra al oído que
todo estará bien y que no hay nada de que preocuparse.
¿Sabes
que necesitamos todos nosotros?, confiar en Dios y declarar como el Apóstol
Pablo: YO SÉ EN QUIÉN HE CREÍDO.
¡Tranquilo!,
¡Calma!, ¡Ten Confianza!, ¡No te desesperes!, Confía en Él, porque Él es
Poderoso para cambiar cualquier panorama contrario.
¡Confía en
Dios!
“Declaro lo siguiente acerca del Señor:
Sólo él es mi refugio, mi lugar seguro;
él es mi Dios y en él confío”.
Salmos 91:2 (Nueva Traducción Viviente)
Autor: Enrique
Monterroza
Escrito el 17 de
Octubre de 2012
Escrito originalmente
para www.destellodesugloria.org
Autorizado para
publicarse simultáneamente en: www.devocionaldiario.com - www.enriquemonterroza.com y http://reflexionesydevocionales.blogspot.com
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