La historia de Ramiro… Indiferencia
espiritual
Ramiro
es un adulto que le entrego su vida al Señor cuando era un jovencito de 15
años. Los primeros años de Ramiro en el sentido espiritual fueron muy buenos, le
encantaba orar, leía la Biblia muchas horas al día, practicaba el ayuno y a
veces también las vigilias, se le veía cantar con mucho gozo, se le veía
derramar sus lagrimas durante la adoración y en medio del mensaje que se
exponía en su Iglesia siempre se le solía ver muy atento, analizando y aprendiendo
cada vez.
Por
muchos años Ramiro vivió de esta manera, era muy bien visto por todos, la gran
mayoría de gente que lo conocía podía dar muy buen testimonio de él, era una
persona entregada a Dios, no hacia nada sin antes orar, trataba de no fallarle
a Dios, pero sobre todo al escucharlo hablar uno podía estar muy seguro que era
un hombre de Dios, pues sus palabras era sabias y de mucha bendición.
Ahora
Ramiro había dejado de practicar aquello que antes hacia, ahora la oración le
parecía aburrida y consideraba que no la necesitaba tanto, pues todo el día
(según él) mantenía la comunión con Dios. Tampoco se sabe en que momento
remplazo la lectura de la Biblia, creyó que haberla leído muchas veces eran
suficientes como para saber todo lo que tenia que saber, sin darse cuenta
Ramiro fue cayendo en las garras de la indiferencia espiritual.
A
veces creer que no necesitas aquello que antes te fue de mucha ayuda te puede
llevar al enfriamiento y esto a la indiferencia espiritual y Ramiro sin darse
cuenta había perdido aquello que en sus inicios en los caminos del Señor lo
habían hecho ser ese hombre respetado y admirado.
Ramiro
tuvo un cambio inesperado, de ser respetado paso a ser criticado, ya que ahora
al escucharlo hablar solo se escuchaban quejas, reclamos, puntos de vista
personales sobre las cosas que pasaban en la Iglesia o con los cristianos, se
le podía escuchar hablar mal de sus propios hermanos con “autoridad” según él,
pero que lo único que hacia era desprestigiarlo a él mismo.
Ramiro
llego a una indiferencia espiritual tal, que otros que en su momento quisieron
ayudarlo ya no pudieron y no porque no se podía, sino que su mismo orgullo de
creer saber todo no permitía ayuda de nadie, Ramiro se alejo completamente del
rebaño y ahora vive su “propia relación con Dios”, asumiendo que todo lo que
hace es correcto, cuando muchas veces simplemente no lo es.
Cómo
Ramiro hay muchos que antes practicaban la oración, la lectura de la Palabra,
el ayunar o vigilar, cantaban con mucho gozo, eran sensibles a la presencia de
Dios y audibles a su voz, tenían un corazón humilde pero que al dejar de
practicar todas estas cosas y creerse mejor que los demás o “sabios en su
propia opinión” dejaron de crecer y al mismo tiempo comenzó en ellos una
indiferencia por todo lo espiritual.
La
Biblia dice: “No seas sabio en tu propia
opinión; Teme a Jehová, y apártate del mal” Proverbios 3:7 (Reina-Valera 1960).
Cuando comenzamos a creernos sabios en lo que pensamos por nosotros mismos y no
por lo que Dios dice o quiere que hagamos entonces vamos rumbo al fracaso.
Quizá
tu seas un Ramiro en potencia, quizá has dejado de orar cómo antes lo hacías,
quizá dejaste de leer la Biblia y la remplazaste por otras lecturas, quizá
creíste que ya sabias mucho o que no podías aprender más o que simplemente ese
predicador no te puede enseñar más nada, poco a poco sin darte cuenta vas
camino a la indiferencia espiritual, porque aunque no lo quieras reconocer el
no querer practicar las cosas que te ayudaran en lo espiritual simplemente es
indiferencia.
La
indiferencia te lleva a no ver importante aquellas cosas que sí lo son, no
quieras venir a cambiar lo que Dios quiere que hagamos por lo que tu crees que
tienes que hacer, Dios no puede trabajar como Él quiere en un corazón orgulloso
y altivo, al contrario Dios quiere trabajar en corazones humildes y sinceros.
La
Biblia dice: “Para ti, la mejor ofrenda
es la humildad. Tú, mi Dios, no desprecias a quien con sinceridad se humilla y
se arrepiente.” Salmos 51:17 (Traducción en lenguaje actual).
Hoy
te invito a volver a practicar todo lo que has dejado de hacer hablándolo en
sentido espiritual, si tu sientes que tu vida se ha estancado, que ya no has
crecido, que ya no sientes el mismo deseo de buscar de Dios como antes lo
sentías, es porque poco a poco te has ido convirtiendo en alguien indiferente a
lo espiritual, hoy es el día que puedes comenzar de nuevo, pero para ello se
necesita de tu parte humildad y sinceridad, solo así Dios puede trabajar como
Él quiere en tu vida.
¡Vamos!
Es hora de dejar aun lado mis conceptos humanos y comenzar a realizar lo que
Dios me dice a través de su Palabra que está escrita en la Biblia.
¡No dejes que
la indiferencia espiritual haga de ti lo que tu nunca buscaste ser!
“Quiero que los hombres oren en todas partes. Los que levanten las
manos a Dios para orar deben vivir para agradar a Dios y consagrarse a él, sin
dejarse enojar ni meterse en discusiones.”
1 Timoteo 2:8 (Palabra de Dios para Todos)
Autor: Enrique Monterroza
Escrito el 1 de Octubre de 2013
Escrito originalmente para www.destellodesugloria.org
Autorizado para publicarse simultáneamente
en: www.devocionaldiario.com - www.enriquemonterroza.com y http://reflexionesydevocionales.blogspot.com
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