Oír su voz
Cuando
escuchamos la frase: “Oír la voz de Dios” como concepto se nos viene algo que
se pueda escuchar audiblemente, pero la verdad es que para oír la voz de Dios
no se necesita una voz como de trueno que nos hable directamente desde el
cielo, sino más bien situaciones, palabras, frases, o diferentes experiencias
que viviremos día a día en donde la voz de Dios es clara para nuestra vida.
Personalmente
he escuchado la voz de Dios a través de una alabanza, a través de un mensaje,
una predicación, un escrito, un niño, una situación de la vida diaria, una
experiencia difícil, la enfermedad, la escases, etc. En medio de cada situación
si mi oído se agudiza y pone atención puede escuchar la voz de Dios hablarme
directamente.
Por
ejemplo: Hay cosas que a veces estamos practicando que muy bien sabemos que no
son correctas, sin embargo esperamos que Dios “nos hable” directamente para
dejarlo de hacer. Hay cosas que no necesitas que Dios te lo diga directamente
sino que ya están escritas en su Palabra y en la Biblia encontramos la Palabras
de Dios para nosotros.
Si
la Biblia dice algo acerca de cierto asunto, ¿Por qué insistimos en preguntar o
esperar una confirmación?, ¿Acaso no está claro lo que la Biblia dice?, a veces
caemos en el error de preguntar muchas veces lo mismo a diferentes personas
acerca de un tema en especifico del cual la Biblia ya tiene la respuesta, pero
preguntamos varias veces esperando encontrar una respuesta que se adapte a lo
que queremos y no a lo que tenemos que hacer según la Biblia. ¿Por qué hacemos
esto?, por el simple hecho que no queremos oír la voz de Dios.
Muchos
alegan que Dios no les habla, pero yo no apoyo esas declaraciones porque Dios
nos habla a todos, lo que pasa es que a algunos por más que Dios les grite por
medio de situaciones en su vida, simplemente han cerrado sus oídos y solo
quieren escuchar lo que les gusta humanamente y no lo que tienen que hacer
espiritualmente.
Hay
un proverbios que realmente dice todo de está situación:
“Yo los llamo, pero ustedes no me responden; les hago señas, pero
ustedes no me hacen caso”.
Proverbios 1:24 (Traducción en lenguaje actual)
Eso
es lo que ocurre muchas veces, Dios está constantemente hablándonos y nosotros
no respondemos, nos hace “señas” y nosotros simplemente no le hacemos caso.
¿Qué
es lo que Dios está hablando a tu vida los últimos días?, ¿Qué es lo que te
está mandando a hacer?, ¿Por qué estás esperando confirmación de algo tan obvio
y que la misma Palabra de Dios lo respalda?
La
Biblia nos da un consejo:
“Recuerden lo que dice: «Cuando oigan hoy su voz, no endurezcan el
corazón como hicieron los israelitas cuando se rebelaron»”
Hebreos 3:15; Hebreos 4:7 (Nueva Traducción Viviente)
¿Cuántos
de nosotros endurecemos nuestro corazón al oír la voz de Dios?, y es que la
mayoría de nosotros decimos amar a Dios, pero no le queremos obedecer, hacemos
nada más lo que según nosotros nos conviene y cuando Dios nos da una serie de
mandatos que no gustan a nuestro hombre carnal, simplemente nos hacemos los
sordos haciendo de caso que nunca escuchamos o que simplemente son inventos de
nosotros y no la voz de Dios.
Es
hora de dejar de hacernos los sordos a la voz de Dios, es hora de amarrarse
bien los pantalones espirituales y comenzar a obedecer al pie de la letra lo
que Dios nos está mandando a hacer. No podemos pasarnos la vida obviando lo que
Dios está diariamente hablando a nuestra vida, porque si Él nos insiste en algo
es porque los planes que tiene para nosotros son perfectos al nosotros
obedecer.
Cuando
Dios te de un mandato o cuando hable a tu vida acerca de algo en especifico, no
tienes que dudar, no tienes que esperar “una confirmación”, si Dios te dijo
algo que está respaldo por su Palabra que se encuentra en la Biblia, entonces
¿Qué esperas para obedecer?, que no se te pase la vida esperando una
confirmación de algo tan cierto como su Palabra.
Es
hora de abrir nuestros oídos a su voz, es hora de comenzar a ser valientes para
no solo escuchar su voz sino que también obedecerla y entonces comenzaremos a
ver cómo todo en nuestra vida comienza a cambiar para bien, porque no hay mejor
cosa que obedecer a Dios, porque de esa manera sus planes son más fáciles de
cumplirse en nuestra vida.
¡Escucha su
voz y obedece, no endurezcas tu corazón cerrando tus oídos!
Autor: Enrique
Monterroza
Escrito el 5 de
Noviembre de 2013
Escrito originalmente
para www.destellodesugloria.org
Autorizado para
publicarse simultáneamente en: www.devocionaldiario.com - www.enriquemonterroza.com y http://reflexionesydevocionales.blogspot.com
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