Siguiendo a Jesús sin una
cruz
La
vida cristiana no es fácil pero tampoco es difícil. Cuando Jesús nos invito a
seguirlo nos invito a renunciar a nosotros mismos, aceptar su cruz y seguirlo: “Luego, Jesús llamó a la gente y a sus
seguidores y les dijo: —Si alguien quiere ser mi seguidor, tiene que renunciar
a sí mismo, aceptar la cruz que se le da y seguirme.” Marcos 8:34 (Palabra de
Dios para Todos).
Lastimosamente
la gran mayoría de nosotros queremos seguir a Jesús sin una cruz, queremos que
todo sea perfecto, que no hayan problemas ni obstáculos, pero yo te pregunto:
¿Qué se te viene a la mente cuando escuchar la frase tomar o aceptar una cruz?,
si eres sincero contigo mismo tienes que responder que la cruz se refiere a la
muerte, es decir: Morir a nosotros mismos y para morir a nosotros mismos
necesitamos pasar por situaciones que nos ayuden a hacerlo.
Muchos
de nosotros queremos llevar una cruz lo menos incomoda, otros nos rehusamos a
que nuestro antiguo yo sea crucificado totalmente, siempre andamos tratando de
justificar nuestro mal actuar aduciendo que “no somos perfectos”, pero la
realidad de la vida cristiana es llevar una cruz, es crucificar nuestro antiguo
hombre para permitir que Cristo gobierne totalmente en nosotros.
Hoy
quiero invitarte a revisar que clase de cruz estás llevando, hoy te invito a
que reflexiones si es que estás llevando una cruz o simplemente andas buscando
lo más cómodo siempre para la “vida cristiana”. Ponte a pensar un momento de la
forma que Jesús pensara acerca de la vida cristiana que estás viviendo y si Él
se sintiera orgullo de lo que haces para honrarlo, y si al ser sincero contigo
mismo llegas a la conclusión de que Jesús está orgulloso de lo que has hecho
con tu vida, entonces ¡Gloria a Dios por ti! Porque has llevado la cruz y has
crucificado tu antiguo hombre, pero si lejos de hacer que Jesús se sienta
orgulloso de la forma en la cual has vivido tu vida cristiana, te avergüenza la
forma en la que la has vivido, entonces es hora de retomar la cruz y seguir a
Jesús como se debe.
Hoy
mismo Jesús te invita a que renuncies a ti mismo, a aceptar la cruz que él
mismo te da y seguirlo de la manera que Él se merece que lo sigamos, sin mirar
atrás, sin desear lo que estamos dejando, simplemente viendo y caminando rumbo
a nuestro objetivo: dejar de vivir nosotros para permitir que Cristo viva en
nosotros.
¡Sigue a
Jesús, pero antes toma tu cruz!
Autor: Enrique
Monterroza
Escrito el 16 de
Diciembre de 2013
Escrito originalmente
para www.destellodesugloria.org
Autorizado para
publicarse simultáneamente en: www.devocionaldiario.com - www.enriquemonterroza.com - http://reflexionesydevocionales.blogspot.com
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