Vidas congeladas
Recuerdas
con melancolía los tiempos pasados, aquellos en los que disfrutabas de todo lo
que tenía que ver con lo espiritual, aquellos momentos en donde doblabas tus
rodillas y hablabas con Dios de una forma sincera y honesta, aquellos momentos
en donde derramabas lágrimas de alegría porque habías encontrado lo que siempre
habías deseado: Un verdadero sentido para vivir.
Encontraste
en Jesús todo lo que te faltaba, ahora escuchar la Palabra de Dios era un
deleite para ti, Dios hablaba directamente a tu vida, sentías como el Espíritu
Santo redargüía tu vida de una manera poderosa y veías con tus propios ojos
cómo un cambio genuino estaba operando en tu vida.
¿Realmente
es lo que Dios quiere de ti?, ¿Realmente es lo que tenía que pasar?, ¿No será
que en algún momento de tu vida dejaste de hacer aquello que te mantenía cerca
del fuego o de la llama? Y es que aun el leño más encendido al ser retirado del
fuego se apagará.
¿Qué
fue lo que dejaste de hacer?, ¿Orar?, ¿Leer la Biblia como antes la leías?,
¿Congregarte?, ¿Servir?, ¿Qué fue lo que dejaste de hacer que te llevo a
convertirte en una persona fría? Ahora tu vida esta congelada por el frío que
ha provocado tu distanciamiento de aquello que era tu fuego, de aquello que
encendía tu vida.
La
Biblia dice: “El fuego se apaga si no se
le echa más leña” Proverbios 26:20a (Traducción en lenguaje actual).
El
apóstol Pablo también aconsejaba a Timoteo diciéndole: “Por esta razón, te recuerdo que avives el fuego del don espiritual que
Dios te dio cuando te impuse mis manos.” 2 Timoteo 1:6 (Nueva Traducción
Viviente).
El
fuego espiritual puede apagarse si nosotros lo descuidamos, por muy espiritual
que te creas si dejas de echarle leña al fuego se apagará.
Hoy
te invito a avivar el fuego espiritual en tu vida, a dejar de ser frío, Dios no
te llamo para estar distante del fuego, ni para que critiques todo a tal punto
que ha llevado tu vida al congelamiento, Dios quiere que estés cerca del fuego
para que puedas disfrutar y entender la vida cristiana, sino solo has memoria
de aquellos momentos en donde estuviste cerca del fuego que provocaba en ti una
pasión hermosa por Dios, eso te hará entender que mientras más cerca estás del
Señor más disfrutarás de la vida cristiana.
Tú
puedes, no digas ni pienses que ya no puedes, solo debes de tener la
determinación de comenzar a practicar nuevamente todos aquellos buenos hábitos espirituales
que te llevaron a mantener avivado el fuego de Dios en tu vida en otros tiempos.
¡Deja de ser
frío y enciende el fuego de Dios en tu vida!
“Recuerden, el fuego del altar siempre debe estar encendido; nunca debe
apagarse.”
Levítico 6:13 (Nueva Traducción Viviente)
Autor: Enrique Monterroza
Escrito el 4 de Diciembre de 2013
Escrito originalmente para www.destellodesugloria.org
Autorizado para publicarse simultáneamente
en: www.devocionaldiario.com
- www.enriquemonterroza.com
y http://reflexionesydevocionales.blogspot.com
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