Cuando tu espíritu se
humilla
A
veces creemos que somos tan malos que no merecemos el amor de Dios. Y la
realidad es que quizá no lo merezcamos, pero Dios no nos regala su amor porque
lo merezcamos, sino porque nos amo con un amor que es eterno, con ese amor que
sobrepasa el entendimiento humano y que aunque nos creamos inmerecedores, Dios
nos lo regalo.
Ese
mismo sentimiento que nos hace sentir inmerecedores del amor de Dios nos lleva
muchas veces a vivir una vida “alejada” de Dios. Y es que la culpabilidad que
sentimos al practicar pecados que nos avergüenzan nos llevan poco a poco a
alejarnos de Dios.
Quizá
estos últimos días has estado “alejado” de Dios a consecuencia de tus errores
recurrentes. Quizá te sientas indigno de ser su hijo, quizá sientes una
vergüenza tal que ni siquiera tienes el valor de presentarte en oración delante
de Dios para pedirle perdón. Has tratado los últimos días de esconderte de su
presencia, pero por más que tratas de alejarte tu ya fuiste sellado por Dios y
Él siempre busca la manera de encontrarse contigo, tal es el caso que hoy estás
leyendo estás líneas.
Pueda
que te sientas indigno, hipócrita y hasta con mucha vergüenza, pero aun y con
todos los sentimientos que en este momento fluyan en tu ser debes comprender
que Dios te sigue amando igual que el primer día que te amo, su amor por ti
nunca va a cambiar.
Dios
no te ve indigno, no te ve hipócrita, no te ve como tu te ves, al contrario, Él
te ve con ojos de amor, te ve cómo un necesitado de su amor, cómo alguien que
necesita su cariño, cómo alguien que necesita que le extiendan una mano y esa
mano extendida siempre la ha tenido Dios hacia ti.
¿Por
qué no dejas de auto culparte y comienzas a darte cuenta que Dios quiere sanar
esas heridas que te avergüenzan?, ¿Por qué no dejas de autoexcluirte y
comienzas a darte cuenta que Dios te anda buscando porque quiere restaurarte?
Hoy
es un buen día para que te des cuenta que Dios ha utilizado todos los medios
posibles para que comprendas que Él lo único que quiere es restaurarte y hacer
de ti una mejor persona, Él no está aquí para acusarte ni juzgarte, al contrario,
Él a pesar que lo sabe todo te sigue amando y quiere terminar la obra que ya
comenzó en ti.
Hoy
es el día en que tienes que rendirte completamente delante de su presencia y
reconocer tu necesidad profunda de Él, hoy es el día en que tienes que poner a
sus pies todas tus debilidades y reconocer que sin Él no serás capaz de salir
adelante.
Cuando
te humillas delante de Dios, cuando reconoces tu necesidad de Él, cuando te das
cuenta que ya no puedes más, es cuando Dios puede obrar más y mejor en tu vida.
Y es que cuando tu espíritu se humilla el Espíritu de Dios comienza a
exaltarte, porque un espíritu humillado es un terreno preparado y fértil para
cosechar los mejores cambios que el Espíritu Santo de Dios puede obrar en tu
vida.
Ríndete
delante de Dios este día, reconoce tu necesidad de Él y deja que Él te abrase
lleno de amor y comience a obrar esos cambios que realmente necesitas.
¡Dios te sigue
amando!
“Para ti, la mejor ofrenda es la humildad. Tú, mi Dios, no desprecias a
quien con sinceridad se humilla y se arrepiente.”
Salmos 51:17 (Traducción en lenguaje actual)
“Humíllate y obedece a Dios,
y recibirás riquezas, honra y vida.”
Proverbios 22:4 (Traducción en lenguaje actual)
Autor: Enrique
Monterroza
Escrito el 21 de
Abril de 2014
Escrito originalmente
para www.destellodesugloria.org
Autorizado para
publicarse simultáneamente en: www.devocionaldiario.com - www.enriquemonterroza.com y http://reflexionesydevocionales.blogspot.com
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