Enseñanza directa para el corazón
Hay
ocasiones que lo único que tenemos que hacer para entender lo que Dios quiere
hablarnos es leer su palabra y reflexionar en ella por un momento. Y es que a
veces esperamos que otros nos digan lo que Dios quiere decirnos, sin darnos
cuenta que todos tenemos ese acceso libre a Dios y que él está dispuesto a
hablarnos directamente y sin intermediarios.
Hoy
leyendo una porción de la Biblia me encuentro con un pasaje que he leído muchas
veces, pero que sin embargo hoy Dios me hablo directamente. Este día solo
quiero que lean lo que yo leí y reflexionen como lo hizo yo.
El Apóstol Pablo les escribe a los corintos:
Hasta
ese momento del relato de Pablo me doy cuenta de muchas cosas entre ellas es
que a pesar de ser hijo de Dios y ser un servidor de Dios siempre, léelo bien,
SIEMPRE estaremos expuestos a situaciones difíciles. ¿Cuántos de los que leemos
estos versos hemos pasado por las mismas cosas de Pablo?, yo creo que ninguno
de nosotros y sin embargo osamos muchas veces reclamar a Dios porque estamos
“sufriendo”, porque “no tenemos que comer”, porque “no tenemos que vestir”, si
alguno de nosotros es mejor que Pablo entonces lejos de merecer mejor trato
tendría que haber pasado por cosas más difíciles que las que él paso. Pero el evangelio
de hoy se trata de “estar bien en todo sentido” y si no lo estás es porque Dios
no te respalda o es porque no eres un “servidor” de Dios. Ahhhhh… que
equivocados estamos muchas veces.
Sigamos leyendo el relato de Pablo:
“Nada
se gana con hablar bien de uno mismo. Pero tengo que hacerlo. Así que ahora les
voy a contar las visiones que tuve, y lo que el Señor Jesucristo me dio a
conocer. Conozco a un hombre que cree en Cristo, y que hace catorce años fue
llevado a lo más alto del cielo. No sé si fue llevado vivo, o si se trató de
una visión espiritual. Sólo Dios lo sabe. Lo que sé es que ese hombre fue
llevado al paraíso, y que allí escuchó cosas tan secretas que a ninguna persona
le está permitido decirlas. Yo podría estar orgulloso de conocer a una
persona así, pero no de mí mismo, pues yo sólo puedo hablar de mis debilidades.
Claro que hablar bien de mí no sería una locura, porque estaría diciendo la
verdad. Pero no lo voy a hacer, porque no quiero que, sólo por las cosas
que hago o digo, o por las cosas maravillosas que Dios me ha mostrado, alguien
piense que soy más importante de lo que en realidad soy. Por eso, para que
no me llene de orgullo, padezco de algo muy grave. Es como si Satanás me
clavara una espina en el cuerpo para hacerme sufrir. Tres veces le he pedido a
Dios que me quite este sufrimiento, pero Dios me ha contestado: «Mi amor es
todo lo que necesitas. Mi poder se muestra en la debilidad.» Por eso,
prefiero sentirme orgulloso de mi debilidad, para que el poder de Cristo se
muestre en mí. Me alegro de ser débil, de ser insultado y perseguido, y de
tener necesidades y dificultades por ser fiel a Cristo. Pues lo que me hace
fuerte es reconocer que soy débil.” 2
Corintios 12:1-10 (Traducción en lenguaje actual)
Si
alguien es un ejemplo para mi, es Pablo, que aun siendo un excelente hombre y
servidor de Dios, no consideraba ser tan bueno, aun cuando podía gloriarse de
sus virtudes, prefería sentirse orgulloso de sus debilidades. La diferencia hoy
en día es que la mayoría se jacta de sus debilidades porque en realidad no
tiene virtudes que lo enorgullezcan.
Es
fácil decir que somos imperfectos, que no se fijen en nosotros, que pongan su
mira en Jesús porque él jamás les fallará, y es verdad, Dios nunca falla, el
ser humano si. Pero la mayoría decimos eso porque sabemos que no somos capaces
de dar un testimonio digno de un hijo de Dios, porque si realmente viviéramos
cómo Cristo quiere que vivamos, podríamos decir como lo dijo Pablo: “Sed
imitadores de mí, así como yo de Cristo.” 1 Corintios 11:1 (Reina-Valera 1960).
Leer
estás líneas de la Biblia nuevamente me han abierto los ojos de lo que
realmente es seguir a Cristo. La mayoría queremos ser premiados acá en la
tierra, vivir bien, tener todo a nuestra disposición, no pasar por escases o enfermedad,
que todo sea perfecto. Pero el evangelio va más allá de un premio terrenal, es
hacer tesoros en el cielo en donde realmente perduran, es negarme a mi mismo y
tomar esa cruz cada día para seguir al Señor, es ayudar al necesitado sin
necesidad de tener en abundancia para hacerlo, es amar a mi prójimo como a mi
mismo, es hablarles a otros de Cristo y motivarlos a que se conviertan, es dar
testimonio con nuestra manera de vivir que hemos sido trasformados por Dios, es
buscar y seguir a Dios a pesar de los obstáculos, es poner mi vista en el
Invisible y a pesar de las muchas tormentas caminar derecho hacia Él.
A
través del relato de Pablo he aprendido mucho, pero hay dos cosas importantes
que no se me van olvidar:
1.
No importa que tan “buen” hijo de Dios o que tan
“excelente” servidor sea, tendré que pasar por situaciones difíciles de las
cuales lejos de quejarme alabare a Dios, lejos de reprocharlas me sentiré
orgulloso de haber pasado. Que el hecho de ser hijo de Dios o su servidor no me
exime del hecho de que las dificultades vengan a mi vida, por lo que a pesar de
cualquier cosa que venga, seguiré avanzando.
2.
Lo que me va a hacer fuerte será siempre
reconocer que soy débil. Y es que cuando reconozco que soy débil entonces el
poder de Dios se perfecciona en mi. Su presencia me hace fuerte, su Espíritu Santo
me renueva.
Amados
hermanos, estoy seguro que si lees las porciones que hemos leído este día Dios
te dejará alguna enseñanza personal. Hay algo que Dios hablará hoy a tu vida,
quizá sea parecido a lo que a mi me hablo o quizá sea otro punto de vista, pero
de lo que si estoy seguro es que Dios quiere hablarte directamente en este día.
Lee
estos pasajes varias veces, yo lo hice muchas veces antes y durante escribía este
mensaje y cada vez que lo leo hay tantas cosas que vienen a mi mente y
enseñanzas que Dios me da especialmente para mi vida. Leo cuantas veces sea
posible hasta que Dios te de una ENSEÑANZA
DIRECTA PARA TU CORAZÓN.
¡Dios quiere
hablarte este día!
Autor: Enrique
Monterroza
Escrito el 8 de Abril
de 2014
Escrito originalmente
para www.destellodesugloria.org
Autorizado para
publicarse simultáneamente en: www.devocionaldiario.com
- www.enriquemonterroza.com y http://reflexionesydevocionales.blogspot.com
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