Contigo quiero
estar
A
veces olvidamos lo delicioso que es sumergirnos en la presencia de Dios. Hablo
de esos momentos en donde dejamos a un lado todo problema, todo pensamiento que
nos roba la paz, todas aquellas situaciones que nos turban y enfocamos toda
nuestra mente, pensamientos y ser hacia Dios.
Esos
momentos en donde reconocemos lo mucho que lo necesitamos y que por lo tanto
anhelamos un toque suyo, esos momentos en donde nuestra vida está enfocada
totalmente en Él, en su presencia preciosa.
Esos
momentos en donde las lágrimas corren sobre nuestra mejilla porque podemos
sentir su presencia, porque a pesar de lo mal que nos podamos sentir, sabemos
que Él está allí porque lo ha prometido, porque nunca nos ha dejado solos,
porque nunca se ha ido de nuestro lado, pero que por diferentes situaciones nos
hemos olvidado de lo principal: honrarlo, adorarlo, reconocer su grandeza,
porque después de eso, todo viene por añadidura.
Esos
momentos en donde lo único que anhelamos es estar con Él porque cuando estamos
con Él nos sentimos completos, nos sentimos llenos. Esos momentos en donde
nuestra boca repite una y otra vez: “Contigo
quiero estar”.
Y es
que a veces nos alejamos de Él, ponemos toda nuestra atención a todo lo que nos
rodea y olvidamos que Él es quien da la última palabra y que su voluntad
perfecta se ha de cumplir en nuestra vida.
Hoy
quiero invitar a que dediques un tiempo a solas con Dios. Ve a ese lugar en
donde nadie pueda molestarte ni interrumpirte, cierra tus ojos, comienza a
adorarlo y siente como lo único que necesitas es: ESTAR CON ÉL.
Y es
que al estar con Él nos renovamos, y es que al enfocarnos en adorarlo todo el
panorama cambia, un peso nos es quitado de encima, Dios toma nuestras cargas,
podemos ser libres de depresión, de tristeza, de soledad, de todo aquello que
nos afecta y todo porque cuando estamos con Él nos renueva, nos consuela, nos
fortalece.
No
dejes pasar este día sin dedicar unos minutos a la adoración a Dios, desahógate
en su presencia, permite que pueda quitar todo ese sentimiento que no te da paz
y que lejos de ayudarte te está afectando. Dios quiere estar contigo este día,
¿Tú quieres estar con Él?
Dile
al Señor:
¡Contigo
quiero estar!
“Así como un venado sediento
desea el agua de un arroyo,
así también yo, Dios mío,
busco estar cerca de ti.
Tú eres el Dios de la vida,
y anhelo estar contigo.
Quiero ir a tu templo
y cara a cara adorarte sólo a ti.”
Salmos 42:1-2 (Traducción en lenguaje actual)
Autor: Enrique
Monterroza
Escrito el 13 de Mayo
de 2014
Escrito originalmente
para www.destellodesugloria.org
Autorizado para
publicarse simultáneamente en: www.devocionaldiario.com
- www.enriquemonterroza.com y http://reflexionesydevocionales.blogspot.com
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