No te
preocupes, en su lugar confía
“Así que no se preocupen por todo eso diciendo: “¿Qué comeremos?, ¿qué
beberemos?, ¿qué ropa nos pondremos?”. Esas cosas dominan el pensamiento de los
incrédulos, pero su Padre celestial ya conoce todas sus necesidades. Busquen el
reino de Dios por encima de todo lo demás y lleven una vida justa, y él les
dará todo lo que necesiten.”
Mateo 6:31-33 (Nueva Traducción Viviente)
Con
el tiempo he aprendido que preocuparme está demás, y es que en ocasiones la preocupación
que sentía al ver que las cosas que salían de mi control me llevaba a turbarme
por completo, afanarme en buscar una respuesta, pero sobre todo parecía que me
desconectaba de Dios, pues elevaba mi problema a un punto tan alto que me
olvidaba que para que Dios no hay nada imposible y que es Él quien dicta la
ultima palabra.
Y es
que la perdida de la fe es el mayor problema que podemos tener, no hay otro
problema más grande que dejar de confiar en la mano poderosa de Dios. Y en este
punto quizá algunos digan dentro de si: “Yo nunca he dejado de confiar en Dios”,
y la verdad es que quizá nunca han dicho que han dejado de confiar en Dios,
pero nuestros hechos, nuestras acciones, nuestra preocupación, ansiedad, afán y
todo aquellos que es provocado por una excesiva preocupación por las cosas que
no están pasando son el reflejo de que hemos olvidado que es Dios quien tiene
la última palabra en eso que tanto nos aflige.
Yo
quiero invitarte a demostrarle a Dios que confías plenamente en Él y en lo que
va hacer en esa situación que tanto te afligía. Demuéstrale que confías en Él
manteniendo la paz en tu corazón, no desesperándote, no tomando decisiones
precipitadas, sino que confiando, alabando a Dios y adorándolo en medio de
cualquier valle de preocupación que estés atravesando.
Demostrémosle
a Dios que confiamos en el, que el afán y la turbación no conquisten nuestro
ser, que la fe en Dios sea cada día más grande, que nuestros ojos no vean los
problemas que nos rodean sino al Dios que trae consigo la solución.
No
permitamos que esas cosas que se han escapado de nuestro control nos roben el
gozo, no permitas que la preocupación extrema en eso de lo que ya no puedes
hacer nada te robe la sonrisa, al contrario, cuando las cosas ya se han
escapado de nuestro control y no hay nada más que hacer de parte nuestra, lo único
que deberíamos hacer es sonreír y ver al cielo, confiando y creyendo que Dios
viene en camino con una respuesta que superará nuestras expectativas y que será
la recompensa de nuestra fe, esa fe que se mantuvo intacta a pesar de los
graves problemas que nos ha tocado enfrentar.
Hoy
solo puedo decirte que no te preocupes, que en su lugar confía en lo que Dios
ha de hacer, porque cuando confiamos en Dios, Él honra nuestra fe y da mejores
respuestas de las que pensamos que podrían existir.
¡Confía y deja
de preocuparte!
“No se preocupen por nada; en cambio, oren por todo. Díganle a Dios lo
que necesitan y denle gracias por todo lo que él ha hecho. Así experimentarán
la paz de Dios, que supera todo lo que podemos entender. La paz de Dios cuidará
su corazón y su mente mientras vivan en Cristo Jesús.”
Filipenses 4:6-7 (Nueva Traducción Viviente)
Autor: Enrique
Monterroza
Escrito el 27 de Mayo
de 2014
Escrito originalmente
para www.destellodesugloria.org
Autorizado para
publicarse simultáneamente en: www.devocionaldiario.com
- www.enriquemonterroza.com y http://reflexionesydevocionales.blogspot.com
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