Él te quiere perdonar y restaurar
Este día leyendo uno de los
muchos comentarios que me hacen llegar, leía la historia de una chica sumergida
en una atadura pecaminosa que la hace sentir muy mal hasta el punto que ella
describe lo que piensa: “siento que soy un asco para Dios”.
Al leer su comentario no puedo
dejar de remontarme a algunos momentos en mi vida en donde ataduras me hicieron
pensar exactamente lo mismo, y es que pareciera que el pecado además de
avergonzarnos, nos hace sentir indignos de Dios, nos hace pensar que Dios nos desprecia
por ser débiles o se avergüenza totalmente de nosotros.
La frase: “siento que soy un asco
para Dios”, puede leerse y hasta sonar fuerte, pero es el reflejo de un momento
de frustración provocado por el hecho de verse tocando fondo, sumergido en algún
habito pecaminoso del cual nos sentimos impotentes de poder salir adelante, esa
clase de ataduras que pareciera que nunca desaparecerán o que siempre están
allí para recordarnos lo débiles que somos aun cuando hayamos prometido cientos
de veces no volverlo a hacer.
La frustración de caer en el
mismo error de siempre puede llevarnos a pensar que Dios nos desecho, que ya se
olvido de nosotros o que simplemente nos dio la espalda. Pero la realidad es
diferente, no conozco a alguna persona a la cual Dios le haya dado la espalda
si realmente lo busco de corazón. De hecho Dios vino a buscar lo que se había
perdido, a la gente que está sumergida en el pecado, a aquellos que creen que
ya no hay solución para ellos o que se creen indignos de un perdón, Dios siempre
nos sorprende transformando a las personas que creíamos humanamente que no
podrían cambiar.
Quizá tú al igual que yo te
identifiques con esa chica que en su momento de frustración pensó ser lo que no
es delante de Dios, quizá al igual que ella nos hemos sentido mal con nosotros
mismos, hasta cierto punto enojados con nosotros mismos por no ser lo que Dios
quisiera que fuéramos.
A ti que hoy te sientes indigno o
indigna de Dios, quiero decirte que Dios te sigue amando de igual manera, que
aun cuando el enemigo te quiera hacer pensar que Dios ya se canso de ti o que
Dios está harto de tus recurrentes errores, aun con todo eso Dios siempre está
dispuesto a transformarte, a ayudarte a salir de eso que sientes que no puedes
salir, Dios nunca te ha dejado de amar porque su amor por ti es eterno (Jeremías
31:3).
Dios quiere verte sonreír
nuevamente pero para ello debe dejar que Él tome el control total de tu vida y
la forma más sencilla de hacer eso es buscando más de Él, no hay forma de
vencer lo malo, sino haciendo lo bueno (Romanos 12:21). En los momentos en
donde te sientas tentado a caer en el mismo error ve y haz algo bueno, ora, lee
la Palabra de Dios, congrégate, sírvele al Señor en alguna área, ayuda a
alguien necesitado, haz algo contrario a lo malo que estés tentado a hacer y
entonces comenzaras a ver como todo es más fácil.
Y es que hay dos cosas que tienes
que tener bien claro: Dios quiere perdonarte y Él quiere transformarte. Si
quieres recibir su perdón lo único que necesitas es llegar delante de su
presencia con un corazón genuinamente arrepentido y confesar con tu boca tu
pecado y pedir el perdón deseado y Dios seguramente te lo otorgará. Y para
dejar que Él te transforme lo que necesitas es negarte a ti mismo y comenzar a
seguirlo, es decir dejar a un lado tus deseos y comenzar a cumplir los deseos
de Dios.
Deja de sentirte indigno de Dios,
porque tú vales la sangre de Cristo y eso es lo más valioso que hay en la vida,
no dejes que el enemigo gane ventaja en tu vida haciéndote creer algo que
realmente no eres, tú eres un hijo o una hija de Dios y por lo tanto vales
mucho y tu precio es incalculable (1 Corintios 6:20).
¡Dios te sigue amando, recibe su perdón y permite ser transformado por
Él!
“Pero te confesé mi pecado, y no oculté mi maldad. Me decidí a
reconocer que había sido rebelde contigo, y tú, mi Dios, me perdonaste”.
Salmos 32:5 (Traducción en lenguaje actual)
“Yo, sí, yo solo, borraré tus pecados por amor a mí mismo y nunca
volveré a pensar en ellos.”
Isaías 43:25 (Nueva Traducción Viviente)
Autor: Enrique
Monterroza
Escrito el 5 de Agosto de 2014
Escrito originalmente
para www.destellodesugloria.org
Autorizado para
publicarse simultáneamente en: www.devocionaldiario.com – www.enriquemonterroza.com – http://reflexionesydevocionales.blogspot.com
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