La vida no
se termina en la muerte
A veces nos hemos preguntado: ¿Por
qué Dios permite que pasen algunas situaciones difíciles de entender?, por
ejemplo: ¿Por qué Dios permite que una madre muera en un accidente?, ¿Por qué un
niño de ocho meses muere repentinamente?, ¿Por qué un hombre usado por Dios
muere trágicamente en un accidente de tránsito?, ¿Por qué una mujer muy usada
por Dios es detectada con cáncer terminal?, ¿Por qué un hombre o una mujer
integra mueren asesinados sin motivo?, ¿Por qué?, ¿Por qué Dios lo permite?, ¿Por
qué Dios no hace nada?
¿Te parecen conocidas esas
preguntas? , y es que hasta
cierto punto es difícil de entender porque pasan algunas cosas que nosotros
consideramos que no tendrían que pasar.
A veces al escuchar a personas
que se hacen esta clase de preguntas, porque quizá están pasando por un momento
difícil en el cual no encuentran explicación a lo ocurrido, he reflexionado y
he tratado de entender el porqué de las cosas, pero sinceramente la mayoría de
veces o casi siempre no lo sé.
Personalmente se me hace difícil entender
porque un niño muere, porque un siervo del Señor es asesinado o porque alguien
por quien oramos muchos para que fuese sanado muere de esa enfermedad. Y es que
a veces quisiéramos que las cosas fueran como nosotros queremos que sean y no
como son.
Es indiscutible que todos
nosotros si Cristo no viene antes moriremos, la misma Biblia dice: “Y de la manera que está establecido para
los hombres que mueran una sola vez, y después de esto el juicio” Hebreos 9:27 (Reina
Valera 1960).
¿Por qué limitamos nuestra vida o existencia a unos cuantos años acá en
la tierra?, ¿Por qué vemos la vida tan corta pudiéndola ver tan eterna?
Dios ve la vida de diferente
forma, Dios no limita nuestra vida a años o décadas acá en la tierra, por eso
Él envió a Jesús a morir por nuestros pecados, a pagar el precio de sangre
necesario para que nuestra vida pueda ser eterna a través de Él.
Cuando alguien muere solemos
decir: “Paso a mejor vida” o “Ahora está mejor que lo que estaba acá en la
tierra”, ¿Decimos eso porque realmente lo creemos o porque son solo
palabra de consuelo?
La verdad es que la vida no está
limitada al tiempo que existamos acá en la tierra, sino que nuestra vida
depende de haber creído en Jesús como Señor y Salvador nuestro. ¿Qué dice la
Biblia para las personas que creen en Él?, dice: “Le dijo Jesús: Yo soy la resurrección y la vida; el que cree en mí,
aunque esté muerto, vivirá” Juan 11:25 (Reina Valera 1960).
Seguramente sentiremos mucho
dolor al perder a un ser querido, seguramente existirán en nuestra mente muchas
preguntas del porque de ese suceso, pero te has preguntado algunas vez, si ese
ser querido tuviera la oportunidad de decidir si volver a la vida acá en la
tierra o quedarse en el lugar de reposo que en este momento se encuentra, ¿Qué decisión tomaría?
A veces somos muy injustos,
pensamos egoístamente, quisiéramos que nuestros seres queridos que han muerto estén
aun con nosotros, porque nos hacen mucha falta, pero ¿Qué es lo que ellos
quisieran si tuvieran la oportunidad de decidir el lugar donde quisieran
estar?, ¿Qué tal si ellos preferirían estar en ese lugar de reposo esperando la
resurrección en Cristo Jesús?, ¿Qué tal si para ellos el morir ha sido la
ganancia más maravillosa de toda su historia?, ¿Qué tal si ellos ahora están en
el lugar que siempre quisieron estar, donde no hay dolor, donde no hay
enfermedad, donde no hay preocupación, donde disfrutan de una paz que solo en
ese lugar se puede experimentar?
Pablo decía: “Si vivo, quiero hacerlo para servir a Cristo, pero si muero, salgo
ganando” Filipenses 1:21 (Traducción en lenguaje actual).
Hay algo que no podemos negar, ni
mucho menos dudar, y es que independientemente de la forma en cómo muramos, hay
una verdad indiscutible y es que vamos rumbo a una vida eterna muchísimo mejor que
la vida momentánea que actualmente experimentamos en este mundo.
La Biblia dice: “En esta vida todo tiene su momento; hay un
tiempo para todo: Hoy nacemos, mañana morimos; hoy plantamos, mañana cosechamos”
Eclesiastés 3:1-2 (Traducción en lenguaje actual).
No somos nosotros quienes
decidimos cuando partir de este mundo, no somos nosotros quienes vamos a decidir
cuánto tiempo vivir o de qué forma queremos morir, pero si podemos decidir
hacia donde queremos ir al morir, tú puedes decidir si al morir quieres heredar
la vida eterna, y la llave hacia esa vida eterna se encuentra en Jesús, entregándole
tu vida a Él y reconociéndolo como tu Señor y Salvador tú puedes decidir el
futuro esperanzador que Dios tiene preparado para todos lo que crean en Él.
Si esa persona que murió reconoció
esto, tienes que tener la certeza de que estará en un mejor lugar y ahora tu
tarea es también reconocer a Jesús como tu Señor y Salvador para que también tú
puedas participar de esa vida eterna que Dios tiene preparada para todos los
que en el confían.
Algún día si Cristo no viene moriré
acá en la tierra, no sé cuándo será, no sé de qué forma será, no sé si mi
muerte será justa o no, pero lo que he vivido ha sido suficiente como para
darme cuenta que mi futuro no está en este mundo, sino que mi futuro, mi
esperanza está en lo que viene después.
Si muero, no quiero elegir como
será, quizá será doloroso, quizá mis familiares y amigos lloraran mi ausencia
temporal, pero deberían estar felices por mí, deberían gozarse por mí, porque
seguramente estaré al lado de mi Dios, al lado de mi Señor donde siempre quise
estar, en donde no merecía estar, pero que Jesús me hizo digno, no porque lo
mereciera, sino por su gracia salvadora efectiva en mi vida.
Hoy quiero animarte, tú que has
perdido a un ser querido, a un familiar que amabas tanto, a un amigo que
apreciabas mucho, hoy te quiero animar y decirte que seguramente hoy él o ella está
en un lugar mejor, en donde no basa su vida en un reloj ni en un calendario,
donde no existe nada que lo haga estar triste o afligido, mucho menos enfermo,
en donde está descansando y en donde despertara con una sonrisa impactante
porque se encontrara con su Rey de reyes y Señor de señores, ¿Por qué no nos
alegramos por ellos?, no por su muerte, sino por ese futuro esperanzador que
les espera.
Quizá exista mucho dolor en tu
vida, pero no hay dolor que Dios no pueda sanar, tú no elegiste en qué momento
de la historia vendrías a este mundo, por lo tanto tampoco puedes elegir cuando
tu vida terminara acá en la tierra, pero lo que si puedes elegir es cuanto quieres
vivir después de morir y la fuente de vida eterna se llama Jesús.
“Jesús le dijo: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al
Padre, sino por mí”
Juan 14:6 (Reina-Valera 1960)
¡La vida no se termina en la muerte si crees en Él!
Autor: Enrique Monterroza
Escrito el 6 de Febrero de 2012
Escrito originalmente para www.destellodesugloria.org
Autorizado a
publicarse simultáneamente en: www.devocionaldiario.com
– www.enriquemonterroza.com y http://reflexionesydevocionales.blogspot.com
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