Desánimo
Desánimo
es aquella sensación de abatimiento, apatía, desaliento, falta de ilusión o de
ánimo es la que frecuentemente experimentamos cuando por alguna razón no
encontramos o no obtenemos lo que queremos.
El
desánimo nos lleva muchas veces a ver las cosas sin una importancia real, en lo
espiritual nos lleva a ya no practicar aquellas cosas que nos fortalecen. Una
persona desanimada es una persona que difícilmente buscará orar, es una persona
que difícilmente querrá leer la Biblia, es una persona que difícilmente tendrá
el ánimo de ir a congregarse y menos de servir a Dios.
El
desánimo es aquella sensación que quiere privarnos de hacer todo lo que Dios
quiere que hagamos. El desánimo a veces es la consecuencia de una
frustración, a veces es la consecuencia
de una larga espera o simplemente producto de un fracaso en algo que
esperábamos triunfar.
El
problema del desánimo es que nos lleva a ser duros de corazón, nos lleva a encerrarnos
en nuestra sensación y a ver todo de distinta forma y al no salir de ese estado
nos puede llevar al fracaso espiritual.
¿Ya
no le sientes gusto al escuchar o leer la Palabra?, ¿Cuándo “x” persona predica
tiendes a no disponer tu vida porque consideras que esa persona no puede
enseñarte nada nuevo o no tiene solvencia “moral” para predicar?, ¿Crees que la
oración ya no es tan importante porque lo importante es la “calidad” del tiempo
y no la “cantidad”?, ¿Ya no sientes interés de leer la Biblia porque ya la
leíste una vez?, ¿Sientes que el servicio a Dios ya no es para ti, porque ya
diste muchos años al servicio?, ¿Sientes cierto menosprecio a personas nuevas
en los caminos de Dios que quieren decirte en momentos indicados que hacer o
aconsejarte?, ¿Cuándo adoras a Dios ya no sientes aquella ministración que en
otros tiempos sentías?, ¿Cuándo fue la ultima vez que te quebrantaste delante
de la presencia de Dios?, ¿Sientes que tu corazón cada vez se pone más duro
como una piedra?, ¿Has pensado en más de alguna vez dejar de asistir a tu
congregación o has dejado de asistir por largas temporadas?, entonces tú estás
en un estado de desánimo profundo y aunque quieras negarlo o no reconocerlo,
hay algo que te delata, y es que hace mucho tiempo que no sientes la presencia
de Dios en tu vida y no porque Dios no este allí, sino porque tú te has alejado
a través del desánimo de su presencia.
El
desánimo hace que tu corazón deje de ser humilde, hace que tu espíritu deje de
ser receptible a la presencia de Dios, cierra tus oídos y tus ojos espirituales
y crea una barrera entre Dios y tú lo cual se traduce en que difícilmente
podrás sentirte ministrado por Dios.
¿Cómo combatir el desánimo?
1. Reconoce que no eres el mismo. El
reconocimiento de nuestro estado siempre será el principio de una restauración.
Mientras no reconozcas que tienes un problema, que no eres el mismo, que has
dejado de ser aquella persona que un día fuiste, entonces difícilmente saldrás
de allí. La Biblia dice lo siguiente:
“El orgulloso y arrogante al fin de cuentas fracasa.” Proverbios 16:18
(Traducción en lenguaje actual).
2. Niégate a ti mismo. Comienza a hacer
cosas que ya no quieres hacer y que no debiste de dejar de hacer. Si antes
orabas y ahora ya no, entonces comienza nuevamente a forjar ese hábito de
oración. Quizá al inicio será un poco difícil, pero todos somos capaces de
forjar hábitos en nuestra vida cuando constantemente los practicamos. Lee la
Biblia aun cuando creas que ya lo sabes todo o que ya la has leído muchas
veces. Congrégate, busca servir en tu congregación. El hecho que estés activo
te ayudará a mantenerte firme, entre más sirves y más involucrado estás en la
obra de Dios, buscarás más su respaldo y por consiguiente la comunión con Él.
La Biblia dice: “Someteos, pues, a Dios;
resistid al diablo, y huirá de vosotros.” Santiago 4:7 (Reina-Valera 1960).
3. Acércate a personas que amen a Dios y
que te ayuden a mantenerte firme. El problema de muchos de nosotros es que
nos creemos autosuficientes, recuerda que somos una familia y como familia
debemos ayudarnos mutuamente. No te creas lo suficientemente fuerte como para
no necesitar la ayuda de otros. Hay personas que aman a Dios y que pueden
ayudarte en los momentos de flaqueza, busca a esas personas, entabla amistades
que pueden fortalecerte en momentos de debilidad. El problema de muchos es que
cuando se sientes desanimados se aíslan totalmente de todos y no buscan ayuda.
La Biblia dice: “La verdad, «más valen
dos que uno», porque sacan más provecho de lo que hacen. Además, si uno de
ellos se tropieza, el otro puede levantarlo. Pero ¡pobre del que cae y no tiene
quien lo ayude a levantarse!” Eclesiastés 4:9-10 (Traducción en lenguaje
actual).
4. Si sientes que tropiezas, ¡Levántate!.
Hay momentos en los que sentirás que estás haciendo bien las cosas, pero de
pronto quizá tropieces, entonces en esos momentos lejos de frustrarte o
rendirte, debes levantarte e intentarlo nuevamente. El problema del cristiano
no está en tropezar, sino en no quererse levantar. La Biblia dice: “Porque siete veces cae el justo, y vuelve
a levantarse…” Proverbios 24:16a (Reina-Valera 1960). Nunca te rindas de
tratar de querer agradar a Dios, porque Dios ha de recompensar tu insistencia,
ha de fortalecerte y hará de ti un testimonio vivo para bendecir a muchos más
que como tu también están pasando por situaciones similares.
Hoy
quiero terminar este mensaje invitándote a salir adelante, el desánimo no va a
vencerte porque mayor es el que esta contigo, por lo tanto estoy seguro que si
humildemente tratas de cumplir los sencillos pasos que te aconsejo, estoy
seguro que pronto verás mejores días en cuanto a tu vida espiritual.
Quiero
terminar este mensaje haciendo una oración por tu vida, tal vez no estoy
presente de cuerpo cerca de ti, pero Dios sabe que desde donde estoy he de
disponer todo mi corazón y creer que Él ha de fortalecerte en medio de tu
actual estado. Acepta mi oración y recíbela como tuya:
“Dios mío que estás en los cielos, te doy gracias por todo lo que tu
haces diariamente en nuestra vida, reconozco que tu eres Todopoderoso y que
sobrepasas nuestro entendimiento y nuestras formas de pensar a acerca de la
forma de cómo actuaras, por esa razón hoy quiero pedirte por el hermano o la
hermana que estás leyendo estás líneas, te pido con todo mi corazón que puedas
ayudarlos, te pido que los fortalezcas en medio de cualquier situación que
estén viviendo, Padre te pido que cambies sus formas de pensar y vuelvas a
instaurar una mente humilde en ellos, un corazón humilde en cada uno de ello,
un deseo y hambre por ti, una pasión por hacer tu obra, un nuevo aliento que
haga que salgan del actual estado de desánimo que puedan estar experimentando.
Señor allí donde están toca sus mentes y corazones para que se dispongan a
buscarte con sinceridad y a tratar de agradarte en todo. Te pido que los tomes
de la mano y no lo sueltes, que levantes sus cabezas para que puedan ver todo
lo que tu les tienes preparado, Dios mío ayúdales, fortalécelos, respáldalos,
pero sobre todo vuelve aquel deseo de estar cerca de ti que tenían cuando te
conocieron. Gracias Dios mío, gracias porque sé que has de tocar sus vidas,
gracias porque sé que a partir de hoy habrá en sus corazón un deseo de buscarte
y de salir de ese estado que nada bueno les ha traído, gracias Dios por todo lo
que tu haces, a ti sea la gloria, la honra y la alabanza. Todo te lo he pedido
en el nombre poderoso de Jesús. Amén.”
¡Dios ha de
fortalecer tu vida hoy!
Autor: Enrique
Monterroza
Escrito el 18 de
Junio de 2013
Escrito originalmente para www.destellodesugloria.org
Autorizado para publicarse simultáneamente
en: www.devocionaldiario.com - www.enriquemonterroza.com y http://reflexionesydevocionales.blogspot.com
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